SANTO DOMINGO.-“Doctor, yo me quiero quedar por mis hijos”, “No puedo vivir sin mis hijos”, “Cuando pienso en que no estaré con ellos me pongo a llorar”, son algunos de los argumentos que más se escuchan cuando una persona piensa en separarse de su pareja porque ya no le gusta y no la quiere.
Así lo expresa el psicólogo clínico, sexólogo y terapeuta familiar y de pareja Ramón Emilio Almánzar, quien agrega que todo eso es comprensible, entendiendo que esos hijos son parte del sistema familiar que esas dos personas decidieron desarrollar.
Almánzar expresó: “Ahora bien, una cosa es la relación de pareja y otra cosa es la parentalidad (relación de la mamá o el papá con sus hijos).
Es bueno sopesar si realmente ya la relación de pareja es insostenible, si de verdad ya no quieres o ya no te gusta tu pareja, este es el primer paso.
De identificar esto, lo siguiente sería trabajar el segundo paso, que es organizar de manera saludable una separación que no perjudique a los hijos”, analiza el terapeuta del Centro Vida y Familia.
Almánzar explica que a los hijos no se les hace daño con una separación, lo que los daña son dos cosas: una, que los padres se queden juntos de manera disfuncional, lo que conlleva una dinámica muy desagradable alrededor de los hijos; dos, que en medio de la separación y posterior a esta, la mamá o el papá descuiden el vínculo con sus hijos.
Cómo manejarlo
Siempre es importante hacer las cosas de manera responsable -explica- incluso las separaciones. No adelantarse a las reacciones de cada cual.
Muchas veces los padres tienen miedo de cómo van a reaccionar los hijos, pero cuando se manejan bien las cosas, generalmente los hijos viven el proceso de manera saludable, con todo y el dolor que pueda implicar.
“La terapia siempre es un recurso de apoyo emocional y sostenimiento. En este orden, es bueno sopesar la idea de poder ir a un terapeuta familiar para organizar el proceso de la separación, y ver la necesidad de que los hijos también asistan a la terapia si así lo ameritase”, aporta el profesional.
— No cargues los hijos
El especialista también señaló que, cargar a los hijos con la responsabilidad de que tú no decidas saludablemente trabajar tu relación o separarte consciente de lo que haces, es una irresponsabilidad. Casi siempre los hijos son los más afectados.