En honor a la ética

En honor a la ética

En honor a la ética

Milossis Liriano

*Por Milossis Liriano

La Real Academia Española, por sus siglas (RAE) describe la ética como el actuar con rectitud y honradez. Visualmente una palabra sencilla, simple, pero con mucho significado si la aplicamos a cualquier actividad o función.

La ética, por ejemplo, es la referencia para evitar comulgar con los antivalores dentro de cualquier ámbito laboral. En las instituciones del estado o privadas, por ejemplo, no es subjetiva, ni se restringe a la intuición ni a los valores del incumbente de un cargo, esta descrita y sirve para la toma correcta de decisiones en un momento determinado.

La norma lleva consigo, además, elementos que los ciudadanos comparten, sea cual sea su creencia religiosa, su relación familiar, su profesión, su oficio conforme a principios de justicia.

En nuestro país, unió a la sociedad en la demanda del cese de la corrupción en diferentes ámbitos de la administración pública. Sin embargo, hasta ahora la satisfacción de esta petición no se ha cumplido a cabalidad, entre otras cosas, debido a que persisten en algunas entidades del gobierno vicios del personal y del quehacer institucional, que ningún gerente o gobierno ha podido cortar de raíz.

Hay avances, no podemos negarlo y lo estamos viendo. Lo que no debemos permitir es mermar nuestra sed de justicia y vigilancia ante la malversación de los recursos que todos y todas aportamos a través de nuestros impuestos.

Las buenas costumbres que deben exhibir los funcionarios en un cargo público debe ser una exigencia permanente de la ciudadanía, alertando, además, que sus malos actos al frente de una entidad gubernamental serán sancionados y llevados a la justicia sin importar bandera política.

Poner un alto al tráfico de influencias y abuso de autoridades responsabilidad todos, porque afecta la vida y bolsillos del pueblo dominicano, un pueblo bueno y trabajador.

Nadie debe llamarse a engaño. No es difícil asumir una función en el tren gubernamental solo tener las competencias, cumplir la ley, utilizar los recursos públicos de manera efectiva y transparente, para evitar el crujir de dientes de tener que rendir cuentas ante la justicia.
Dominicano y dominicana cerremos el paso de los abusadores, déspotas, nepotistas.

Exijamos los cargos oficiales sea destinados a personas capaces y con un gran sentido de justicia. Afinemos más el discurso en la práctica. Es urgente la construcción de una cultura ética que evoque la responsabilidad profesional y moral de un funcionario público ante todo.

Lograr instituciones eficientes demanda incumbentes que brillen por una conducta honesta y eficaz. Apuntemos a ese objetivo porque al fin y al cabo son nuestros empleados.

*Milossis Liriano
Licenciada en Comunicación Social
Máster en Comunicación Corporativa