Hay decisiones que debió tomar el gobierno en el primer trimestre del año. Decisiones que servirían para fijar con firmeza el rumbo del país en distintas áreas.

Ahora transitamos el tercer mes, marzo, y todavía hay muchas decisiones pendientes. Decisiones que además de apuntalar los buenos propósitos del presidente Luis Abinader, también incidirán en importantes aspectos económicos y de desarrollo del país.

No hay que enumerarlas. Muchas leyes todavía son papeles en discusión de distintas comisiones conformadas por las autoridades, tanto del Senado como de la Cámara de Diputados.

Hay decisiones pendientes en el plano internacional, como el tema de Haití y las múltiples maneras de apoyo necesarias. Todavía los discursos y las consultas se quedan sin un punto de acción firme. Hay, incluso, líderes de partidos de la oposición que son renuentes a sentarse a la mesa de diálogo.

Todavía se habla del sueldo mínimo y sus distintas variedades. El ministro de Trabajo se refirió a ese tema. Una inquietud salarial que tiene varios escenarios y múltiples actores que sentados en una mesa de diálogo nunca llegan a un consenso satisfactorio para la inmensa mayoría de los trabajadores. Se trata de intereses que tienen una realidad común en la clasificación de las empresas nacionales.

A eso se agrega que el sur del país, tal como se sabe, se mantiene como la zona más empobrecida. No sólo por su mala economía agrícola. También hay que tomar en cuenta la escasez de inversionistas del sector privado, independientemente de las leyes y facilidades que se les concede.

La realidad es muy distinta cuando se habla de otras regiones. Como sucede con Puerto Plata o el Este del país, convertidos a través del tiempo en los paraísos turísticos más emblemáticos.

El trimestre no termina. Esperemos buenas noticias y mejores interlocutores para que el país siga desarrollándose.