En bien de la democracia

En bien de la democracia

En bien de la democracia

Rafael Chaljub Mejìa

La Junta Central Electoral le haría un servicio a la democracia si, previa comprobación de que cumple con los requisitos establecidos por la ley electoral, le otorga el reconocimiento al Movimiento Rebelde que encabeza el diputado Juan Hubieres. Lo mismo cabe decir de los partidos Alianza País, Patria para Todos y cualquier otra organización opositora que ande en procura del reconocimiento de sus derechos electorales.

No discrimino a nadie. Tengo conciencia de que movimientos como el Partido Quinta República y los que encabezan los dirigentes choferiles Antonio Marte y mi amigo personal Blas Peralta, respectivamente, también diligencian la conquista de sus derechos y a todos, sin excepción, les deseo buena suerte y les doy mi apoyo en sus diligencias. Hago énfasis en el caso del Movimiento Rebelde por que entre todos es el que observa con más claridad una actitud de franca disidencia y abierto enfrentamiento hacia el Gobierno. Es su derecho y siempre que lo ejerza en el debido marco legal, hay que respetarlo y, más aún, respaldarlo.

Aquí, de seguir las cosas como van, caminamos hacia un monopolio político y electoral casi total en torno a la candidatura presidencial del presidente Danilo Medina. Con frecuencia escucho a los pregoneros de esa candidatura congraciarse por el hecho de que en las elecciones venideras el rostro del Presidente va a aparecer en más de veinte casillas de la boleta electoral. Esto huele a monopolio, a apabullamiento de la disidencia y a concentración excesiva de las fuerzas políticas en un solo polo. De cuál democracia estaríamos hablando entonces.

El Movimiento Rebelde tendría un importante rol que jugar, como parte de una oposición llamada a contrarrestar el desequilibrio que se va creando en el país. Según me dicen, ese movimiento ha pasado exitosamente todas las pruebas. Las firmas, los locales abiertos, la presentación de los expedientes, en fin, todo ha sido comprobado por los inspectores del tribunal electoral y si ese es el caso, hay que albegar la esperanza, y yo tengo la confianza, en que oportunamente se extienda el reconocimiento y el compañero Juan y su partido salgan al ruedo de la lucha legal y electoral a cumplir su misión de fuerza opositora en un país donde parte de la antigua oposición se extingue ante el influjo del poder central.



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