Emociones: todas

Emociones: todas

Emociones: todas

Ana Blanco

Si tuviera qué describir cuál ha sido mi estado de ánimo del 2020 lo tengo fácil: todos. Esta situación, nunca antes vivida, nos ha hecho cambiar nuestra forma de vida, cuidarnos, estar alerta, pero sobre todo nos ha llevado a lugares que antes quizá solo conocimos en momentos y circunstancias puntuales.

Incredulidad. Fue lo primero, eso queda lejos, en China, aquí no va a llegar. Pasamos a la sorpresa, cómo puede estar ocurriendo, parece sacado de una película de ficción.
Una vez el virus llegó trajo el temor, la angustia de contagiarnos, contagiar a otros, que se contagiara gente cercana. Empezamos a ver conocidos, a leer cifras y cifras de fallecidos y la sensación de irrealidad dijo presente.

Después el confinamiento, la necesidad de adaptarnos, de sacar lo mejor de la situación, de aprender a hacer las cosas de manera diferente pero sin querer aceptar que el cambio tan brusco vino para quedarse y, en eso, fueron pasando los meses y nos fuimos adaptando, reaccionando y con fuerza mirando hacia delante.

Pero de repente surge el cansancio, el agotamiento de estar siempre alerta, de que las conversaciones giren sobre lo mismo, de que los datos no mejoren, que veas que las personas se relajan porque ya están hartos de más de lo mismo.

Y sientes que echas para atrás, de nuevo la angustia de no saber qué va a pasar, de llegar a un nuevo año arrastrando todas estas emociones y buscando muy profundo la forma para enfrentarlo y seguir.

También, es verdad, ha habido aprendizajes y cosas positivas, para mí sobre todo lo fuertes que podemos llegar a ser cuando no controlamos lo que pueda pasar. Y eso deseo a todo el mundo: fortaleza para entrar en el 2021 y manejar lo que traiga con él.



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