Emociones, sentimientos y niños

Las emociones son reacciones psicofisiológicas que ocurren de forma espontánea, son respuestas neuroquímicas y hormonales ante un estímulo.

Son instintivas e involuntarias, por tanto, no se procesan y son incontrolables, inconscientes y poco duraderas.

El sentimiento es la interpretación de la emoción, una representación mental de lo que sucede en el cuerpo al tener una emoción.

Es un estado de ánimo, son duraderos y pueden persistir a través del tiempo. Al nacer, el sistema de emociones no está formado.

Sólo se distingue el placer (cuando se les toca o habla) y el displacer (al estar incómodo por habré, y frío, calor, suciedad). Luego este sistema emocional va madurando y desarrollándose a medida que pasa el tiempo.

Piaget, psicólogo suizo reconocido por sus aportes al estudio de la infancia por unas teorías del aprendizaje y desarrollo de la inteligencia, dijo que existen aproximadamente 400 tipos de emociones. Autores modernos hablan de emociones básicas de 5 a 7 principales.

Primarias (alegría, tristeza, asco o aversión, sorpresa, miedo) que todos somos capaces de sentirlas, mientras que las secundarias se aprenden y se desarrollan.

Los sentimientos positivos como el afecto, la admiración, felicidad, satisfacción, gratitud, optimismo, generan bienestar, mientras que los negativos generan malestar (rencor, envidia, vergüenza, odio culpa, celos). Los niños están en pleno desarrollo del pensamiento y el lenguaje, por tanto, expresan sus emociones con sus cuerpos.

Lloran, arrebatan objetos, patean, tiran, pero también se alegran y lo expresan con la risa o sonrisa. Por esto, no es imprescindible enseñarlos a identificar y gestionar sus emociones.