Santo Domingo.-La fuerza y terreno ganados por el sicariato, sin duda convertido en una verdadera industria criminal, obligan a que el Congreso Nacional busque cuanto antes una forma de elaborar una pieza que permita a la Justicia aplicar las sanciones de rigor contra los implicados en crímenes vinculados a la actividad, lo mismo que a las personas que patrocinan esas acciones, en su condición de autores intelectuales de las mismas.
La falta de un instrumento legal para sancionar a los sicarios e implicados en el crimen organizado impide que estos y los autores intelectuales de homicidios cometidos por encargo sean juzgados, dejando esto muchas aristas sueltas al momento de investigar hechos específicos e impidiendo que sujetos ligados de manera directa en ellos sean sentados en el banquillo de los acusados.
El jefe de la Policía Nacional, mayor general José Armando Polanco Gómez, plantea que la falta de esa legislación para enfrentar el crimen organizado en ocasiones ata las manos de los investigadores para que esas personas figuren entre los acusados y, luego de los casos ser judicializados, resulta imposible hacerlos comparecer ante los tribunales para que respondan por los agravios cometidos contra la sociedad.
Ya fue dado el primer paso a esos fines, con una iniciativa del Colegio de Abogados de la República Dominicana (CARD) con un cuestionado proyecto de ley que está bajo estudio de la Comisión de Justicia del Senado, pero del cual el consultor jurídico de la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD), John Garrido, reclama su autoría. Muchos legisladores apoyan la iniciativa del CARD, pero aún no hay resultados.
Sobre el sicariato, las leyes vigentes (Código Penal y Código Procesal Penal) son hasta cierto punto benignas, tanto frente a los responsables de actuar materialmente como frente a los que pagan para matar, declaró Polanco Gómez en una visita a EL DÍA.
Durante su gestión ha tenido que enfrentar una considerable cantidad de casos de sicariato, entre los que se destaca el del abogado Jordi Veras, en Santiago.
Algunos han propuesto 50 y otros 40 años de cárcel, sin posibilidad de que los imputados queden libres, sugerencias hechas por representantes de las iglesias Católica y Evangélica, por legisladores, y funcionarios preocupados por los tantos crímenes cometidos por encargo.
Uno de los últimos casos que se inscribe en ese tipo de crimen es el de dos jóvenes, hace dos días, en la autopista Las Américas. Ambos, en edades de entre 20 y 22 años, fueron secuestrados y ejecutados en un lugar no especificado y sus cuerpos sin vida incinerados. Hasta ayer habían sido identificados solo como Alex Hernández y Franklin.
Los sicarios son usados para cobrar deudas de narcotráfico, en represalias por tumbes, para ajustes de cuentas, para resolver casos pasionales y por disputas entre familias. Los casos que más han impactado son los asesinatos en cadena de varias personas ligadas al capo José David Figueroa Agosto.
El presidente Leonel Fernández reaccionó preocupado el mes pasado, durante la última reunión del Consejo de Seguridad efectuada en el Palacio Nacional, y ordenó elaborar un proyecto que permita sancionar los crímenes complejos, entre ellos, además del sicariato en sus diferentes modalidades, el homicidio agravado y el terrorismo.
Mella afirma es difícil regenerar a sicarios
El siquiatra César Mella consideró difícil que el modelo penitenciario regenere a los individuos vinculados al sicariato, actividad criminal que no está de espalda a los organismos de seguridad.
Y sostuvo que la situación actual de la Policía, a partir de la noticia de expulsión de 46 miembros, la mayoría oficiales, revela que allí hay una infección moral, económica y política, de la que tampoco escapa el estamento militar.
Indicó que la actividad de sicariato es un fenómeno que data de 10 o 15 años en el país, heredada de sociedades como México y Colombia, al extremo que se dice que ciudadanos de esos países han viajado a la República Dominicana para actividades de esa naturaleza.
Llama la atención, dice el profesional de la salud mental, que se trata de individuos con gran pericia para manejar armas y de distintos calibres, por la precisión con que impactan a sus objetivos, de modo que estamos frente a personas entrenadas.