El sauna ayuda a controlar la diabetes

Aunque suene descabellado, el sauna ayuda a controlar la diabetes, pero en el manejo de la diabetes tipo 2, solemos pensar primero en medicamentos, alimentación y ejercicio, sin embargo, existen prácticas complementarias que, utilizadas sabiamente, pueden mejorar significativamente la calidad de vida.
Una de ellas es el uso del sauna, una tradición ancestral que hoy cuenta con respaldo científico por sus efectos positivos en el metabolismo, el sistema cardiovascular y el bienestar emocional.
Beneficios que van más allá del calor
Diversas investigaciones han explorado el impacto del sauna sobre la salud metabólica. Un estudio publicado en la revista JAMA Internal Medicine (2015) concluyó que el uso frecuente del sauna se asocia con menor riesgo de enfermedades cardiovasculares y mejora en la función endotelial, aspectos claves para personas con diabetes.
Otra investigación de la Universidad de Oregón (2016) encontró que el calor pasivo —como el de un sauna o baño caliente— puede mejorar la sensibilidad a la insulina y reducir los niveles de glucosa en sangre, simulando los efectos del ejercicio moderado.
Además, el sauna promueve la relajación profunda, reduce el estrés y mejora el sueño, todos ellos factores que impactan directamente en el control glucémico y la salud mental de quienes viven con condiciones crónicas.
Precauciones necesarias
Si bien el sauna puede ser una herramienta útil, no está exento de riesgos, especialmente en personas con ciertas complicaciones asociadas a la diabetes. Aquellos con neuropatía diabética, heridas abiertas, presión arterial baja o afecciones cardíacas deben tener especial cuidado.
Para un uso seguro, recomiendo lo siguiente:
- Consultar previamente con su médico.
- Hidratarse bien antes y después de cada sesión.
- Limitar el tiempo en el sauna a 10 o 15 minutos.
- Evitarlo en ayunas o justo después de la administración de insulina.
- Salir inmediatamente si siente mareo, debilidad o malestar.
Enfoque integral y consciente
Desde una perspectiva de bienestar integral, el sauna no debe verse como una “cura”, sino como un recurso complementario que puede integrarse a un estilo de vida saludable.
No sustituye la medicación ni el tratamiento médico, pero sí puede favorecer la conexión cuerpo-mente y la mejora general del estado emocional y físico.
Cuidar tu salud no es solo seguir indicaciones médicas; es también habitar tu cuerpo con conciencia y hacer espacio para prácticas que te devuelvan la calma, la vitalidad y la motivación para seguir adelante.
Dilenia Cruz es coach de Vida y Constelaciones Familiares, especialista en diabetes y enfermedades crónicas y promotora del bienestar integral y la educación para la salud en comunidades hispanas.
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