El riesgo sísmico

El riesgo sísmico

El riesgo sísmico

Unas fallas al parecer excepcionalmente activas han vuelto a provocar un fuerte sacudón en la isla, por suerte esta vez sin daños humanos y materiales irreparables.

Las denominadas fallas de Neiba y Enriquillo Plantain—Garden, ubicadas en la parte suroeste de la isla, deben ser tenidas en cuenta con la finalidad de prevenciones.

Poco antes del anochecer del 12 de enero de 2010 un fuerte terremoto dejó Puerto Príncipe en ruinas y causó la muerte de cientos de miles de personas. En agosto del año 2021 otro poderoso remezón destruyó Les Cayes, al oeste de Puerto Príncipe, y provocó la muerte a más 1,200 personas.

Ayer al amanecer un terremoto de magnitud 5.3 en la escala de Richter, con su epicentro mar adentro al sur de la comunidad banileja de Matanzas, causó pánico del lado dominicano.

Fue sólo eso, miedo o tal vez terror, pero de todos modos es un efecto indeseable de un fenómeno de la naturaleza.

De inmediato han vuelto a la luz las aprensiones de los especialistas ante la eventualidad de un sismo de gran magnitud.

En beneficio de ellos, geólogos e ingenieros estructuralistas, hay que reconocerles una prédica consistente acerca de la necesidad de establecer protocolos, de someter a revisión edificios que reciben a cientos de personas, como son hospitales, escuelas y oficinas públicas, ante una eventualidad de este tipo.

Las grandes tormentas pueden ser advertidas con días de anticipación y sin embargo causan daños dolorosos, especialmente porque la gente conoce de sus efectos, ha sido informada y en muchos casos conducida a refugios dispuestos por los organismos de socorro.

Un sismo es, en realidad, un evento en el sentido más estricto de la palabra. Nadie sabe cuándo ni dónde va a ocurrir. Sabemos, esto sí, que vivimos en una isla con un extenso historial de terremotos y esto es bastante para vivir convencidos de que un día podemos tener uno de gran magnitud.



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