La composición de la población de República Dominicana es de casi un 90% negra o mestiza, por lo que no se explica cómo todavía a estas alturas, algunos insensatos, por no definirlos de otra manera, tratan de discriminar a esos compatriotas por el color de la piel, a pesar de que en ese conjunto, como es el caso de los atletas, pongan en alto la dominicanidad en eventos internacionales.

No es un juego lo que denunció recientemente Marileidy Paulino, tras la culminación de los Juegos Centroamericanos y del Caribe de San Salvador, de que a los atletas no se les valora por igual, aunque hayan conquistado medallas al más alto nivel.

Paulino, quien es una embajadora dominicana en el exterior, y quien al parecer también ha sentido en algún momento algún tipo de discriminación por esas mismas causas, puso la primera piedra hacia un problema que, quiérase o no, persiste entre grupos muy minúsculos, incluso, gente que pretende ascender a puestos electivos en los próximos comicios de febrero.

El caso que disparó las alarmas fue el de Marysabel Senyú, ganadora de medalla de oro en salto alto, a quien hasta algunos medios, le han dado una especie de “bola negra”, en resaltar su proeza, a pesar de que nadie, incluso su propia federación, la proyectaba para ganar la medalla de oro en esa especialidad.

Así no se vale, porque desde hace tiempo los atletas de piel negra, han sido en su mayoría, los que han sacado la cara por el país en eventos deportivos internacionales, pero ahora ha surgido con cierta fortaleza mediática, un grupito busca por todos los medios, encender la tea del racismo, la segregación y la discriminación.

Lo bueno de todo este embrollo, es que estoy seguro de que pasará sin pena ni gloria, para bien de toda la colectividad dominicana, que en casi su generalidad apoya a sus atletas, sin importarle un comino el color de su piel, y que todo esto sea un simple amago de ese grupito de elementos que se autodefinen como “defensores a rajatabla de la dominicanidad, sin aportar absolutamente nada..

RADARES.-Elly De la Cruz, dominicano de los Rojos de Cincinnati, sigue dando agua de beber, y de la noche a la mañana se ha convertido en un ídolo de la afición del béisbol estadounidense…Las 25 medallas de oro, 36 de plata y 50 de bronce, en San Salvador, es una muestra inequívoca del valor de nuestros atletas.