Por: Daris Javier Cuevas
Como se sabe, el petróleo es un hidrocarburo de gran uso en las sociedades industriales, imprescindible para el transporte y la industria de manufacturas. Pero resulta que su precio puede generar grandes impactos en la economía global y por este motivo es que existen organizaciones como la OPEP que tiene la responsabilidad de fijar su precio en el mercado.
No obstante, esto no es algo que se dé en forma arbitraria, existen varios motivos que influyen en el valor del crudo.
El precio del petróleo puede subir por situaciones múltifactores, sin embargo, existen tres que son determinantes: el incremento de la demanda, la especulación y las condiciones geopolíticas de los países productores, los cuales son los que en última instancia construyen el sistema de precio del crudo.
En relación al aumento de la demanda, se puede prestar atención de que la mayor parte de las personas identifican el petróleo y especialmente la gasolina y otros, que son los derivados que más afectan a la vida cotidiana, con unos productos indispensables que periódicamente ven alterados sus precios en forma seria e inesperada.
El alza en el precio del crudo y de esos productos se relaciona con algo menos de crecimiento, menos empleo y mayor inflación y, en adición, se habla de pérdida de competitividad de las exportaciones, desequilibrios en la balanza de pagos y un conjunto de males económicos para los ciudadanos de los países consumidores.
Al igual que sucede con muchos bienes, el incremento de la demanda de petróleo encarece el producto, en tanto, se entiende que hay mayor necesidad por esta materia, lo cual sucede en caso de que la demanda supere la oferta, es decir, hay poco para vender por lo que el bien aumenta su valor.
En el caso de la especulación financiera es un tanto más complicado, pues como su nombre lo indica, se basa en apostar a la configuración de mercado posible según las reglas que regulan la economía, y, por lo tanto, sacar beneficios.
Y finalmente están las condiciones geopolíticas de los países productores, pues este quizás sea el caso más claro de todos y cualquier daño a la estructura material o a la mano de obra involucrada en la producción petrolera de un país va a provocar una subida en lo inmediato, como son los casos de las guerras, una crisis sanitaria y los desastres climáticos.
La teoría económica aplicada al mercado del crudo nos indica que la caída en el precio de este, análoga a la mayoría de los productos, se da cuando la demanda supera la oferta, el cual se puede dar de dos formas: por aumento de la producción o por la caída en la demanda en sí misma.
En tal sentido, la sobreproducción de hidrocarburos hace que este disminuya su valor siempre y cuando haya un desfase con el mercado de la demanda, pues si existe sobre producción, y además hay una contracción en la economía, los dueños del petróleo no tienen forma de sacarse tanta materia de encima si no es bajándole el precio. Por el lado de la oferta, ha sido determinante la influencia de las decisiones de los países productores, especialmente en la órbita OPEP.
En esta situación, los niveles de almacenamiento de productos en los países consumidores han venido descendiendo continuamente ante el alto costo de reposición, lo que se ha transformado en un elemento adicional de encarecimiento. Sobre estos factores de oferta y demanda, que se consideran los básicos del mercado de crudo y productos, se superponen otros que, lamentablemente, también incorporan inestabilidad.
A destacar, los movimientos especulativos sobre los mercados financieros de petróleo y derivados, los cambios en la paridad del euro frente al dólar, la crisis sanitaria y el incremento de los costos en el transporte marítimo, así como la evolución del margen de refino.
A la luz de la razón, se entiende que los precios del petróleo pueden aumentar por tensiones políticas que generan miedos en los inversionistas. La combinación de una caída en el crecimiento del PIB, los temores de rebrotes de la pandemia y cambios en el escenario geopolítico es lo que está i