Las afirmaciones del secretario general del Partido de la Liberación Dominicana, Charlie Mariotti, quien endilga el fracaso del Gobierno en torno a la seguridad ciudadana, despierta recuerdos sobre el drama colectivo causado por los fracasos de las estrategias para combatir la criminalidad durante los gobiernos del partido morado.
Basta recorrer el espacio de 2012, cuando empezó el último tramo de ocho años de gobierno del PLD y el país sufría una crisis de seguridad muy preocupante, produciéndose en ese año 2,268 homicidios, mientras las estrategias para combatir la criminalidad como el programa Vivir Tranquilo, el Plan Nacional de Seguridad Ciudadana (2013) y la conformación del Consejo Nacional de la Seguridad Ciudadana quedaron rezagadas.
En 2013 sucedieron 2,526 muertes violentas, de las que 1,978 correspondieron a homicidios y se produjo el robo de 8,598 vehículos, en su mayoría motocicletas.
Pese a los esfuerzos en la lucha contra la criminalidad, el gobierno peledeísta recibió como respuesta el asesinato en asalto de la oficiala Zuleyka Ponciano, guardaespaldas de una de las hijas del entonces presidente Medina, sin mencionar el atentado que casi costó la vida al ídolo del beisbol dominicano, David Ortiz, en junio de 2019 enel último gobierno del PLD.
Más allá del fracaso, el Gobierno del presidente Luis Abinader enfrenta con una estrategia de reforma policial una herencia delictiva de 20 años mezclada con la corrupción sistemática que afectaba esa institución y qué, según el comisionado José Vila del Castillo, comenzaba en la dirección general y llegaba hasta el último raso.
