Italia.-El papa Benedicto XVI unió su voz ayer a la de monjes budistas, estudiosos islámicos, líderes yorubas y un puñado de agnósticos en un llamamiento común a la paz, insistiendo en que la religión nunca debe ser usada como pretexto para la guerra o el terrorismo.
Benedicto XVI saludó a unos 300 líderes en representación de varias confesiones en Asís, la ciudad de San Francisco, para conmemorar el 25 aniversario de una jornada de oración que en este mismo sitio convocó su antecesor, Juan Pablo II, en 1986 en medio de la Guerra Fría.
Esta vez participaron monjes budistas de China continental, además incluyó al patriarca ecuménico Bartolomé I y representantes de las iglesias ortodoxas griega, rusa y serbia.