El oscurantismo con Punta Catalina

El oscurantismo con Punta Catalina

El oscurantismo con Punta Catalina

El Gobierno tiene el deber de manejar con extrema transparencia todo lo relativo al proyecto de Punta Catalina, por ser el proyecto más costoso en el que se ha embarcado el Estado en toda su historia y por los altos niveles de controversias que han rodeado esa obra.

El Presidente de la República encabezó ayer el encendido de la primera turbina de una de las dos unidades de esa central termoeléctrica, y la Dirección de Prensa del Palacio Nacional y la Corporación Dominicana de Empresas Estatales decidieron hacerlo a escondidas, solo con la presencia de la prensa oficial, que es lo mismo que decir sin testigos.

Las autoridades podrán decir lo que quieran sobre lo que allí ocurrió, pero solo le sumarán otro grano más al mar de cuestionamientos en lo relativo al precio, el tipo de combustible elegido, la adjudicación y negociaciones con Odebrecht y la decisión de levantarla en un terreno privado, entre otros.

El Gobierno hace mal al manejar a espalda de los medios periodísticos independientes aspectos importantes relativos a ese controversial proyecto.

Las posibles bondades que pudiera tener ese proyecto energético han sido diluidas por las múltiples acciones contrarias a la política de transparencia que se exige en el manejo de la Administración Pública.

Sea por maldad o por torpeza, acciones como las de ayer no contribuyen en nada a generar un clima de confianza alrededor de la Central Termoeléctrica Punta Catalina y, por el contrario, aumentan los cuestionamientos y las dudas.



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