El único objetivo del equipo dominicano debe ser ganar el Clásico Mundial de Béisbol.
El pueblo esta vez no se conforma con menos.
Todavía se siente el amargo sabor de las pobres actuaciones de las dos versiones anteriores. En la primera fuimos eliminados por Cuba en la semifinal y en la última no pudimos pasar de la primera ronda al ser derrotados dos veces por Holanda.
El entusiasmo y la entrega que muestran nuestros jugadores para esta ocasión nos hacen soñar con que la tercera será la vencida.
Ayer el equipo dominicano empezó a demostrar que esta vez van más en serio. Aunque eso no quiere decir que las dos veces anteriores no lo estaban, pero al decir de varios de ellos ahora se disfruta de un mejor ambiente.
Y realmente se notan con un mejor enfoque.
Hay que siempre insistir en resaltar que para esta versión los jugadores están más en condiciones para producir, gracias a la decisión de las Grandes Ligas de iniciar más temprano los juegos de los entrenamientos primaverales.
La ofensiva dominicana atacó ayer sin piedad a los lanzadores de Filadelfia, iniciando con el estelar Cole Hamels.
Dispararon 28 indiscutibles, incluyendo siete extrabases: tres jonrones, tres dobles, y un triple.
13 de los 15 jugadores que vieron acción conectaron de hit. Ocho pegaron hits múltiples. Los mejores fueron Hanley Ramírez, con jonrón, dos dobles y un sencillo, con tres anotadas y tres empujadas.
Robinson Canó, cuadrangular y dos sencillos, una anotada y tres impulsadas. Miguel Tejada, 6-4, un doble, dos anotadas y dos empujadas, y José Reyes, 3-2, un vuelacerca, una anotada y una producida.
Esta es una gran muestra y nos hace pensar que en lo adelante todo será muy diferente. El animo debe mantenerse muy arriba.