Sobre dos ruedas: el motoconcho, columna vertebral del transporte informal
Santo Domingo. – Ante la falta de un sistema de transporte público suficiente, rápido y económico, cientos de miles de dominicanos han encontrado en el motoconcho una solución accesible y eficiente para movilizarse.
Desde las calles polvorientas de pueblos rurales hasta los barrios populosos de la capital y los centros turísticos como Bávaro y Las Terrenas, el motoconcho se ha convertido en la columna vertebral del transporte informal en la República Dominicana.

Aunque no existen estadísticas oficiales actualizadas, expertos del sector y autoridades locales estiman que más de 300,000 personas dependen de esta actividad. Más que un simple medio de transporte, el motoconcho representa una fuente de empleo y una actividad económica que mueve millones de pesos diariamente.
Una economía sobre dos ruedas
El motoconcho no solo transporta pasajeros; también mueve economías, sustenta familias y permite a muchos dominicanos acceder a una fuente de ingresos sin necesidad de grandes inversiones o educación formal.
En un día promedio, un motoconchista puede ganar entre RD$800 y RD$1,200, dependiendo de la zona, la demanda, el clima y el costo del combustible. En zonas turísticas, las ganancias pueden ser incluso más altas, especialmente en temporadas de gran afluencia de visitantes.
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Además del servicio de transporte de pasajeros, muchos complementan sus ingresos realizando entregas o «mandados», trasladando desde comida hasta documentos importantes.

Daniel Medina, de 58 años, tiene 32 años en el oficio. Comienza su jornada a las 9:10 a. m. y finaliza a las 6:40 p. m., con ingresos diarios que oscilan entre RD$2,000 y RD$2,300 de lunes a sábado. «Cada 20 días le hago mantenimiento a la moto: cambio de aceite, bandas y otras piezas necesarias. Además, gastó unos RD$300 diarios en gasolina», explicó Medina.
A diferencia de otros, nunca ha sido empleado y siempre ha sido su propio jefe. «Solo trabajaría para alguien si me ofrecen un sueldo justo, pero aquí puedo ganar hasta RD$2,700 al día, según la demanda».
En 2024 se registraron 1,200 paradas de motoconchos en el Gran Santo Domingo, cada una albergando entre 30 y 50 motoconchistas, sumando aproximadamente 15,000 motoconchos en total.
El motoconcho: un servicio esencial
El motoconcho es tan versátil como el terreno que recorre. En municipios como San Juan, Nagua, Barahona, Higüey, San Pedro de Macorís y Azua, es común ver estaciones improvisadas frente a mercados, hospitales, paradas de guaguas y escuelas. En muchos de estos lugares, el motoconcho es el único medio de transporte disponible en ciertos horarios o hacia zonas de difícil acceso.
En barrios urbanos como Gualey, Capotillo, Villa Mella y Los Guaricanos, los motoconchistas suplen lo que el transporte público no cubre: calles estrechas, horarios extendidos y trayectos cortos pero urgentes.
«Si no fuera por el motoconcho, aquí no se mueve nadie», afirma Pedro Ramírez, motoconchista en Villas Agrícolas desde hace 12 años. «Nosotros somos como las venas de los barrios».

Inoel Gómez, de 44 años, lleva 19 años en este oficio. Comienza su jornada a las 5:00 a. m. y finaliza a las 7:00 p. m., acumulando 14 horas de trabajo diarias. Sus ingresos dependen del flujo de pasajeros, pero nunca bajan de RD$900 al día, con una tarifa mínima de RD$50 por viaje. «Este trabajo nos permite servir a la gente. Muchas veces transportamos personas mayores, madres con niños y mujeres embarazadas. Uno se siente orgulloso de poder ayudar», expresó.
Trabajo informal, pero estructurado
A pesar de ser una actividad mayormente informal, muchos motoconchistas forman parte de asociaciones comunitarias que organizan turnos, controlan rutas y recaudan cuotas para emergencias o gastos comunes.
Sin embargo, la falta de regulación sigue siendo un tema recurrente. Algunos operan sin casco, sin seguro o sin respetar normas de tránsito, lo que ha generado fricciones con las autoridades y ha impulsado llamados a formalizar esta actividad.

Inoel Gómez, miembro de una asociación de motoconchistas, afirma que en su zona existe un sistema bien estructurado. «Aquí tenemos reglas claras: respetamos los semáforos, no circulamos sobre las aceras y cumplimos con las normas de tránsito».
Según datos de la Dirección General de Impuestos Internos (DGII), el Distrito Nacional es la demarcación con la mayor cantidad de motores con un 23.8% del total nacional, seguido por la provincia Santo Domingo con un 12.6%. La Vega ocupa el tercer lugar con un 7.0%, Santiago de los Caballeros con un 6.0% y San Cristóbal con un 5.4%.
Tony Acosta, de 28 años, comentó: «Solo llegué a la secundaria. Tuve varios empleos en empresas privadas, pero hago Uber Moto por la flexibilidad de horario y las ganancias que puedo generar. Trabajo cuando me conviene».

La popularidad del motoconcho también responde a la alta demanda de transporte rápido y accesible, especialmente en áreas urbanas con problemas de tráfico. Las plataformas digitales como Uber Moto, DiDi Motor e inDriver han contribuido a modernizar el oficio, permitiendo a los conductores captar más clientes y aumentar sus ganancias.
Más que transporte: un fenómeno social
Para muchos dominicanos, el motoconcho no es solo un medio de transporte. Es una herramienta para acceder a oportunidades, una solución de emergencia o incluso un salvavidas en tiempos de crisis económica. También cumple funciones sociales: lleva niños a la escuela, personas enfermas al hospital o alimentos a hogares lejanos.
Pese a los riesgos, el motoconcho sigue siendo una alternativa vital. Su bajo costo y disponibilidad inmediata lo hacen difícil de reemplazar. El reto es encontrar la manera de integrarlo en un sistema de transporte más seguro, eficiente y justo, tanto para quienes lo usan como para quienes dependen de él para vivir.
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