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El mejor día para comenzar es hoy

La mayoría de nosotros no lo notamos, pero los estudiosos de la conducta humana señalan que experimentamos cambios notables cada 18 meses.

Cada cinco años, esos cambios se vuelven significativos. Para verlos, conviene revisar y mirar hacia atrás: así tomamos conciencia de que, aun sin decidirlo, el cambio llega.

Si de todas formas vamos a cambiar, lo inteligente es elegir la dirección. Un avión nunca mantiene un rumbo perfectamente recto. El compás —heredero de la brújula— ofrece graduaciones que permiten corregir por viento, peso o mal tiempo.

En los negocios sucede igual: avanzamos con microajustes que, acumulados, nos llevan lejos.
El primer paso es una decisión mínima. Sumada a cientos de pequeñas decisiones, abre caminos que hoy no imaginamos.

Si estás leyendo esta Brújula para emprender, es probable que ya tengas una idea en marcha; quizá diste docenas de pasos.

No te obsesiones con la perfección: ocúpate del siguiente ajuste.
Los emprendimientos nacen con una idea, pero maduran siguiendo el movimiento de la tecnología, el mercado y la economía. También cambiamos nosotros.

Cuando esas corrientes se mueven, conviene corregir el rumbo con naturalidad, sin drama. Muchas veces, la solución correcta aparece cuando mantenemos la dirección general y afinamos lo necesario.

En mi caso, mi primer emprendimiento formal fue una empresa de alquiler de autos. Después apliqué lo aprendido al entrar al negocio de Domino’s Pizza. En más de tres décadas en la familia, el modelo ha adoptado distintas formas. El camino lo hacemos juntos; es fluido y así debe ser.

Ocurre igual con referentes conocidos. Netflix empezó enviando DVD por correo y, a medida que la tecnología y los hábitos cambiaron, ajustó su “compás” hacia el streaming y luego la producción de contenido original.

No fue un salto único, sino una cadena de decisiones pequeñas que, acumuladas, transformaron la industria.

Airbnb, por su parte, nació con colchones inflables en un departamento y fue puliendo su propuesta hasta construir una plataforma global de confianza, pagos y experiencias.

Una técnica práctica: revisa tus últimos dieciocho meses y enumera tres decisiones que cambiaron tu trayectoria. Luego imagina dónde quieres estar en cinco años y define el ajuste de esta semana: una llamada, un prototipo, una prueba con un cliente. Concreto y calendarizado. Bloquea diez minutos y ejecuta una acción pequeña, pero real hoy.

Mira hacia atrás para reconocer tus ciclos; mira al frente para elegir el ángulo del siguiente paso. Traza tu rumbo, acepta que habrá turbulencias y define microajustes semanales. Cuéntame: ¿hacia dónde estará dirigido tu próximo paso? El mejor momento para darlo —siempre, siempre— es hoy.

La constancia vence a la inspiración esporádica; el mapa se dibuja caminando. Empieza ahora, corrige en marcha y comparte hallazgos con tu equipo y clientes.

*Por Luis de Jesús Rodríguez

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