La ciudad de Santo Domingo tiene en su Malecón uno de los paseos marítimos más hermosos de la región, con la ventaja de que conecta con la Ciudad Colonial primada de América.

Su esplendor se extiende más allá de sus límites originales, pues la incursión de la avenida del Puerto en ese circuito le permite abarcar la desembocadura del río Ozama, lugar icónico del proceso de colonización de América.

Hacia el extremo contrario también se relaciona con una parte importante de la historia contemporánea, pues en uno de sus tramos, el 30 de mayo de 1961 fue interceptado el dictador Rafael Leónidas Trujillo para ser ajusticiado y librar así a la República Dominicana de una de las dictaduras más sangrientas del continente.

El Malecón de Santo Domingo, como se puede ver, reúne la belleza natural y el contenido histórico necesario para ser uno de los atractivos turísticos más relevantes de Santo Domingo.

La Alcaldía del Distrito Nacional, de cuando en vez, hace grandes sacrificios económicos y toca puertas del sector privado para darle el necesario reacondicionamiento que cualquier obra de infraestructura requiera cada cierto tiempo.

En la actualidad ha hecho un encomiable trabajo en uno de sus tramos más representativos. El Malecón de Santo Domingo se muestra con gran esplendor.

Ojalá sirva este trabajo y el que se hizo en la Ciudad Colonial, con el financiamiento del Banco Interamericano de Desarrollo, de punto de partida para la implementación de un plan integral de promoción turística de la ciudad de Santo Domingo.