El himno nacional de la República Dominicana es una composición musical patriótica que representa al país. El himno nacional, junto con la bandera y el escudo, son los sagrados símbolos patrios de la nación. Pero, por muchas décadas, el país no tuvo un himno. A continuación, la interesante y curiosa historia del himno nacional dominicano.
Un himno, del latín hymnus, es definido como una composición poética solemne o marcial concebida para alabar dioses, epopeyas bélicas y héroes. Como composición musical el himno es creado para ser cantado, generalmente a coro, con el fin de estimular el fervor religioso o patriótico de las personas a las que está dirigido. El himno puede ser religioso, coral o marcial.
El capítulo VII de la Constitución dominicana consagra los Símbolos Patrios y el idioma oficial de los dominicanos, que es el español. La Bandera Nacional, el Escudo Nacional y el Himno Nacional son los principales símbolos nacionales. Sobre el Himno dice el artículo 33 de la Carta Magna dice que “es la composición musical de José Reyes con letras de Emilio Prud´Homme, y es único e invariable”.
La primera noticia sobre esta célebre composición fue del 16 de agosto de 1883, en el periódico El Eco de la Opinión, en cuyas páginas apareció una reseña dando cuenta de que, al siguiente día, en una velada de la prensa sería interpretado el himno nacional escrito por el señor Emilio Prud´Homme con música del maestro José Reyes.
La noche de su estreno también se presentó otra composición poética destinada para himno, pero la más aclamada y aplaudida con desbordante entusiasmo fue la de Reyes y Prud´Homme, que tardó muchos años para ser declarada Himno oficial de la República Dominicana.
Luego de la independencia en 1844, se conocieron por lo menos dos himnos que evocaban las más resonantes efemérides nacionales: la independencia nacional y la restauración de la República.
El primer canto patriótico fue escrito justo en los días en que nació la República. Su autor fue el poeta Félix María del Monte y la música del coronel Juan Bautista Alfonseca, ambos vinculados al partido liberal nacionalista liderado por Juan Pablo Duarte.
Llamado Himno de la Independencia, ese primer canto patrio no sobrevivió por mucho tiempo. Pero una tradición sostiene que en los comienzos de la guerra dominico-haitiana muchos patriotas, mientras defendían la naciente nacionalidad, solían entonar las notas del referido himno, cuyas primeras líneas decían:
“Al arma, españoles/ Volad a la lid/ ¡Tomad por divisa/ Vencer o morir!”
Durante la Primera República (1844-1861) el país no tuvo himno oficial. El segundo canto patrio fue escrito por el poeta y mártir Manuel Rodríguez Objío dedicado a evocar la guerra restauradora y alabar las hazañas de los patriotas dominicanos. Indistintamente se le llamaba Himno de la Restauración y también Himno de Capotillo.
Esta composición poética tampoco arraigó en la conciencia colectiva, aunque se dice que, en 1871, cuando el general Gregorio Luperón encabezó la guerra llamada de los Seis Años en protesta contra el proyecto de anexión a Estados Unidos, en el campo de batalla algunos soldados entonaban las letras del Himno a Capotillo.
En 1883 se creó la primera Asociación de Prensa dominicana, que entre otras cosas se dedicó a organizar veladas artísticas y culturales. En una de esas actividades, celebradas el 17 de agosto de ese año, por primera vez fue interpretado el himno autoría de Emilio Prud´Homme y José Reyes.
Poco a poco este himno fue ganando popularidad en el seno del pueblo. Cuando el 27 de febrero de 1884 fueron trasladados los restos mortales de Juan Pablo Duarte, el fundador de la República, desde Caracas a Santo Domingo, en medio de un apoteósico recibimiento una banda de músicos interpretó las notas del himno de Reyes y Prud´Homme.
Desde entonces el himno comenzó a ser tocado en actos públicos por lo menos dos veces al año: el 27 de febrero y el 16 de agosto, aniversarios de la independencia y la restauración, respectivamente. Pero como todavía no se había declarado himno oficial, cada vez que en actos oficiales se le rendían honores de estilo al jefe del Estado, la banda de músicos interpretaba La Marsellesa o, en su lugar, una marcha española.
Cuando en 1894 se celebró el cincuentenario de la independencia nacional, el himno de Reyes y Prud´Homme fue interpretado en diversos actos públicos, sin que todavía hubiese sido declarado canto oficial del país.
Tres años después, sin embargo, fue cuando mediante una Resolución del Congreso Nacional el canto patrio adquirió categoría de himno oficial, aunque extrañamente el general Ulises Heureaux, presidente de la República, engavetó dicha resolución sin que nunca trascendieran las razones de tal proceder.
No obstante, esos vaivenes, a principios del siglo XX el himno comenzó a difundirse entre la población. Por primera vez sus estrofas y música se enseñaron en las escuelas, al tiempo que se continuó la práctica de cantarlo en actos públicos.
Al cabo de tres decenios, el Congreso Nacional, mediante la ley 700, del 22 de mayo de 1934, lo oficializó como canto patrio de la nación. En ese entonces, la ley consignó que el himno era “invariable, único y eterno”.
Compuesto por seis estrofas de ocho versos cada una, el himno es una partitura algo extensa. Por tal motivo, la ley 210-19, que regula los Símbolos Patrios, establece que solo sus primeras cuatro estrofas se consideran de uso oficial cotidiano y son las que, en los actos oficiales, deben cantarse o escucharse en forma instrumental.
“Quisqueyanos valientes, alcemos/ Nuestro canto con viva emoción, / Y del mundo a la faz ostentemos/ Nuestro invicto, glorioso pendón.
“Salve el pueblo que, intrépido y fuerte, / A la guerra a morir se lanzó, / Cuando en bélico reto de muerte/ Sus cadenas de esclavo rompió.
“Ningún pueblo ser libre merece/ Si es esclavo, indolente y servil;/ Si en su pecho la llama no crece/ Que templó el heroísmo viril.
“Mas Quisqueya, la indómita y brava/ Siempre altiva la frente alzará;/ Que si fuere mil veces esclava/ Otras tantas ser libre sabrá.”
Como es deber cívico y patriótico de todo buen dominicano aprender y memorizar las letras del himno nacional, es recomendable que los estudiantes aprendan su texto completo, aun cuando en actos oficiales solo se interpreten las primeras cuatro estrofas, que son las más conocidas por la generalidad del pueblo.
La Constitución de la República Dominicana consigna que el Himno Nacional es uno de los símbolos fundamentales de la identidad nacional. Está prohibido cambiar tanto su letra como su tiempo musical. Cualquier acto irreverente contra el himno será penalizado con sanciones que conllevan prisión y multas, según la ley 210-19.
En reconocimiento a sus elevados méritos patrióticos, el maestro José Reyes y el poeta Emilio Prud´Homme han sido reconocidos por la posteridad como próceres distinguidos de la nación, por lo que sus restos mortales descansan en el Panteón de la Patria.