Santo Domingo.-El Gobierno se verá en la necesidad de seguir incrementando el subsidio a los combustibles o permitir que los precios reflejen los costos reales de acuerdo a las alzas en el mercado internacional.

A la fecha el Gobierno ha asumido más de 17 mil millones de pesos para evitar los costos reales de los derivados del petróleo y que no se reflejen en el bolsillo de los consumidores.

Sin embargo, ahora el panorama mundial se ha agravado debido a que el precio del petróleo intermedio de Texas subió ayer un 2.3 % y cerró en 122.11 dólares, superando con holgura la barrera de los 115 dólares que el Gobierno había establecido.

Es decir, que si se cumple estrictamente con lo planteado en marzo por el Presidente, hay que aumentar los precio de los combustible, ya que habría sobrepasado la barrera de los US$115, afirmó el economista Henri Hebrard.

Especificó que por cada dólar arriba de los US$115 dólares ha de aumentar RD$1.60 el galón de gasolina, por lo que cinco dólares por encima de los US$115 debería aumentar en unos RD$8 el galón de gasolina.

De lo contrario, sostuvo que se tendría que implementar el subsidio más allá de lo que el Estado había planteado, por lo que estos incrementos tendrían un impacto significativo en la población e inflación, medida que crearía tensiones sociales.

Asimismo, sostuvo que otra opción es ganar tiempo acrecentando el subsidio más allá de los US$1,500 millones, pero eso tendría un gran impacto porque se estaría aumentando el nivel del déficit.
“Por cada peso que sube el barril de petróleo le cuesta a la República Dominicana más de US$70 millones adicionales a la factura del Gobierno y la factura que superó los US$4,000 millones este año superará los US$7,000”, puntualizó.

De su lado, Ramón Albuquerque considera que el Gobierno debería de mantener el nivel de los subsidios sin exceder más los actuales, ya que el país entraría en un déficit presupuestario, lo que afectaría el gasto social.

Banco Mundial

—Contención
El Banco Mundial alertó a los países en desarrollo de abstenerse de ejecutar restricciones a las exportaciones y controles de precios que podrían magnificar el aumento en los precios de las materias primas.