Hacer ejercicio regularmente no solo impacta positivamente la salud física, sino que también es clave para mejorar el bienestar mental, aliviando la ansiedad, reduciendo el estrés y elevando el estado de ánimo.
El impacto del ejercicio en la salud mental
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda realizar al menos 150 minutos de actividad física moderada a la semana o 75 minutos de actividad intensa para adultos.
Según la OMS, el ejercicio físico regular puede reducir hasta un 30% el riesgo de desarrollar depresión y trastornos de ansiedad.
Beneficios comprobados del ejercicio regular
Reducción de la ansiedad y el estrés: El ejercicio físico promueve la liberación de endorfinas, conocidas como las “hormonas de la felicidad”, que actúan como analgésicos naturales y mejoran el estado de ánimo.
Fomento de la autoestima: Lograr metas de ejercicio, incluso pequeñas, ayuda a construir confianza y una imagen corporal positiva.
Prevención de enfermedades mentales: Actividades como correr, nadar o practicar yoga son particularmente efectivas para prevenir recaídas en personas con antecedentes de depresión o ansiedad.
Datos globales sobre la actividad física
Según la OMS, aproximadamente el 25% de los adultos y el 81% de los adolescentes no realizan suficiente actividad física, lo que los expone a problemas de salud mental y física.
La OPS informa que el ejercicio regular puede reducir el riesgo de mortalidad en un 20-30%.
Estudios realizados en Estados Unidos muestran que 30 minutos de ejercicio moderado al día pueden reducir los niveles de estrés hasta en un 40%.
Consejos para empezar una rutina de ejercicio
Establece metas realistas: Comienza con actividades sencillas, como caminar o estiramientos, y aumenta gradualmente la intensidad.
Encuentra una actividad que disfrutes: Hacer ejercicio no debe sentirse como una obligación; actividades como bailar, andar en bicicleta o practicar deportes pueden ser divertidas y efectivas.
Sé constante: La clave está en la regularidad. Intenta ejercitarte al menos tres veces por semana.
Hazlo social: Involucrar a amigos o familiares puede aumentar la motivación y convertir el ejercicio en una experiencia placentera.
Reflexión final
Hacer ejercicio regularmente es más que una cuestión de apariencia física. Su impacto en la salud mental es profundo y respaldado por datos de instituciones internacionales.
La próxima vez que te sientas ansioso o estresado, considera dedicar unos minutos a moverte: tu cuerpo y mente te lo agradecerán.