Las Grandes Ligas ejecutaban hace unos años un aguerrido programa con el objetivo de que la práctica del béisbol se expandiera a los cinco continentes.
De esa forma estaba tratando de emular las metas que se trazó la NBA con resonante éxito alrededor del mundo.
Sin embargo, los resultados no han sido fructíferos, dado que sufrió un duro revés al ser excluidos del programa olímpico tras concluir los Juegos de Beijing 2008.
Para los ciudadanos donde el béisbol es la principal pasión, como República Dominicana, Cuba, Puerto Rico, Japón, Estados Unidos y otros, resulta frustratorio que se esté mendigando su retorno junto al softbol.
La realidad monda y lironda es que el béisbol, a pesar del plan orquestado por las Grandes Ligas en coordinación con la Federación Internacional, no ha calado lo suficiente para que su reingreso sea tomado en consideración con el debido rigor.
De acuerdo a informes, tanto el béisbol como el softbol libran su lucha en contra del karate, el patinaje, squash, wakeboard, wushu y escalada de paredes. ¿Les parece increíble?
Nada, esa es la realidad, y si no se realizan grandes esfuerzos seguirá fuera.