¡El delivery es el culpable!

¡El delivery es el culpable!

¡El delivery es el culpable!

Isauris Almánzar

Mientras dialogaba con mi compañero de oficina, por una extraña razón me antojé de comida asiática, luego de comunicarle mi deseo empezamos a buscar opciones en las diferentes aplicaciones de envío y decidí comprar un sushi.

Estaba muy emocionada con mi decisión, había pedido un sushi al estilo jalapeño y aparentemente era muy bueno, nuestro pedido fue a las 11:40 de la mañana y lamentablemente nos llegó a las dos de la tarde, yo tenía mucha hambre y con ella creció mi enojo por la irresponsabilidad del restaurante, pues tuvimos que comer a las 2:20 y para colmo el delivery no encontraba nuestra dirección.

Cuando el repartidor llegó no tenía cambio y me comunicó que el envío fue desde muy lejos, estando enojada le reclamé y le dije que ellos eran unos imprudentes, luego de pagarle, me marché inmediatamente. Cuando llegué a la oficina, la conciencia empezó a reclamarme por el maltrato a ese señor y automáticamente empecé a llorar porque me sentí muy triste y me puse a pensar en lo injusta que fui con él, porque él solo es un repartidor y fue el que recibió mi enojo, a lo que le escribí pidiéndole perdón por mi falta de consideración y humildemente él me disculpó.

Muchos de nosotros no tenemos la inteligencia emocional para actuar ante un mal servicio, porque en ese caso lo que correspondía era cancelar el pedido, pero no lo hicimos, decidimos esperar, así sucede en nuestro día a día, hay empresas que abusan de los clientes y al no conocer nuestros derechos caemos en el error de recibir un mal servicio y tener que pagar por ello.

No sé si a ustedes le sucede, pero a veces me he sentido huérfana ante los gigantescos abusos que muchos empresarios cometen en nuestro país, es como si nuestro sistema estuviese diseñado para que las empresas sean unos buitres que despedazan a los más necesitados, promoviendo el robo, irrespeto y menosprecio a los clientes, por eso es bueno la diversidad y la entrada de nuevas instituciones que den cátedra de servicio al cliente porque lamentablemente eso es algo que nos urge como país, solo el sector turismo tiene sus excepciones.

El buen servicio a los clientes es tan importante que aunque tu producto o servicio no sea el mejor, tan solo por el buen trato y consideración, muchas veces los clientes volverán a ti y en otros casos sucede lo contrario, por ejemplo, el sushi que compré  estaba muy bueno, pero jamás en la vida volveré a pedir en ese restaurante y es precisamente por su pésimo servicio.

Esta sociedad ha despertado y cada día es más exigente, las nuevas generaciones están orientadas a la experimentación y esto se debe a la variedad de productos y servicios que hay en el mercado, en estos tiempos es más fácil que se seque el mar a encontrar un cliente 100% fiel a una marca y es precisamente por los nuevos enfoques del mercadeo, más que un buen producto, los clientes buscan buenas experiencias, ese es el secreto de muchas franquicias exitosas a nivel mundial.

Ojalá que en el marco de la sana competencia las empresas dominicanas en vez de orientarse en solo generar ingresos también muestren interés en las necesidades del cliente y es por eso que las famosas brandless o productos sin marcas están teniendo tanto éxito en el mundo, pues suplen una necesidad, están colocados en el lugar correcto y con un precio asequible, estos productos se diseñaron pensado en un tipo de consumidor y esta estrategia ha dado resultado.

Los tiempos han cambiado y hay que dejar las antiguas tradiciones, lo único que no cambia es la importancia que tienen los clientes para el crecimiento de los proyectos corporativos y más en una era donde todo es digital y los productos te llegan a la puerta de tu casa. Las empresas y las marcas deben mantenerse actualizadas con las nuevas tendencias, los mercados ahora se han expandido, se han vuelto muy dinámicos y con la era digital ya no existen las fronteras. Te ubicas o desapareces, así de simple.

Isauris Almanzar

¡Dios te bendiga!

Almanzarsara91@gmail.com