El cáncer de pulmón sigue siendo la principal causa de muerte por cáncer en el mundo. A pesar de los avances médicos y tecnológicos, esta enfermedad continúa cobrando miles de vidas cada año.
En República Dominicana, la situación no es distinta: cada año se diagnostican aproximadamente 1,600 nuevos casos y mueren cerca de 1,400 personas por esta causa.
Estas cifras son alarmantes.
Vanessa Alifonso, neumóloga internista de los Centros de Diagnóstico y Medicina Avanzada y de Conferencias Médicas y Telemedicina (Cedimat), explica que estas estadísticas no sólo reflejan un problema médico, sino también un desafío de salud pública que requiere acción inmediata.
Más de la mitad de los casos de cáncer de pulmón en nuestro país se detectan en etapas avanzadas, cuando las posibilidades de tratamiento son limitadas y las familias enfrentan un duro golpe emocional y económico. Sin embargo, hay una realidad esperanzadora: cuando el cáncer se detecta a tiempo, el pronóstico cambia radicalmente.
La tomografía de baja dosis (LDCT, por sus siglas en inglés) se ha convertido en la herramienta más efectiva para detectar el cáncer de pulmón en sus primeras etapas. A diferencia de la radiografía tradicional, la LDCT puede identificar lesiones diminutas en los pulmones antes de que aparezcan los síntomas, permitiendo iniciar tratamientos oportunos y menos invasivos.
Diversos estudios internacionales han demostrado que el cribado o detección temprana con LDCT reduce significativamente la mortalidad.
El estudio NLST (Estados Unidos) evidenció una reducción del 20 % en la mortalidad por cáncer de pulmón y un 6.7 % menos de mortalidad total frente a quienes se evaluaron sólo con radiografía. En Europa, el estudio NELSON (Países Bajos) mostró una disminución del 24 al 26 % en la mortalidad, mientras que el MILD (Italia) reportó una reducción del 39 % a 10 años. El estudio UKLS (Reino Unido), por su parte, confirmó resultados similares aplicando una selección basada en el riesgo individual.
La conclusión de todos estos ensayos es contundente: el cribado con LDCT salva vidas. Implementarlo en la población adecuada, bajo protocolos estandarizados, puede marcar la diferencia entre un diagnóstico a tiempo y una historia de pérdida.
Una urgencia sanitaria
En nuestro país, todavía no contamos con un registro nacional de cáncer ni con políticas públicas específicas de cribado. Sin estos instrumentos, resulta difícil conocer la verdadera magnitud del problema y diseñar estrategias efectivas.
Por fortuna, el Ministerio de Salud Pública ha comenzado a dar los primeros pasos para establecer un registro nacional de tumores, lo cual permitirá contar con datos más precisos y planificar acciones que impacten realmente en la reducción de la mortalidad.
El cribado consiste en buscar señales de una enfermedad antes de que aparezcan los síntomas.
En el caso del cáncer de pulmón, la herramienta recomendada es la tomografía de baja dosis. Este examen es rápido, indoloro y utiliza una cantidad mínima de radiación, mucho menor que la de una tomografía convencional.
Pueden beneficiarse de este estudio las personas que cumplen con los siguientes criterios: tener entre 50 y 80 años; ser fumador activo o haber fumado en el pasado con un historial de 20 paquetes al año o más (por ejemplo, un paquete diario durante 20 años o medio paquete diario durante 40 años) o haber dejado de fumar hace 15 años o menos.
El proceso es sencillo: el médico evalúa el riesgo individual del paciente, indica la LDCT si aplica y, dependiendo de los hallazgos, se recomienda seguimiento o estudios adicionales. Es importante destacar que la mayoría de los nódulos pulmonares detectados no son cáncer, pero deben observarse de cerca para descartar cualquier evolución preocupante.
Vencer los miedos
A pesar de la evidencia científica, muchos pacientes aún sienten temor o desconfianza frente a la tomografía. La preocupación no salva; chequearse sí. “La radiación me hace daño”: la LDCT usa una dosis mínima. Para las personas con riesgo elevado, el beneficio de detectarlo a tiempo supera con creces el riesgo potencial de radiación.
“Si sale algo, seguro me operan”: no necesariamente. La mayoría de los hallazgos se vigilan y solo un pequeño porcentaje requiere intervención. “Yo ya dejé de fumar, no me toca”: si dejaste hace menos de 15 años y fumaste durante mucho tiempo, sí te corresponde el cribado.
El paso más poderoso
Fumar daña las células respiratorias y multiplica el riesgo no solo de cáncer, sino también de enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), infartos y accidentes cerebrovasculares.
“Dejar de fumar no es fácil, pero es posible. Existen tratamientos seguros y efectivos, tanto farmacológicos como psicológicos, que aumentan las probabilidades de éxito. Lo más importante es pedir ayuda: los programas de cesación tabáquica ofrecen acompañamiento médico, terapia conductual y medicación de apoyo. Cada intento cuenta, y nunca es tarde para dejar el tabaco”, afirmo Alifonso.
El futuro
Se recomienda realizar un chequeo médico anual, mantener las vacunas al día (influenza y neumococo), realizar actividad física, adoptar una alimentación balanceada y evitar la exposición al humo de tabaco o contaminantes ambientales.
La salud pulmonar se construye cada día.
En los últimos años, se han desarrollado nuevas pruebas de sangre que buscan detectar el cáncer de pulmón a través de marcadores biológicos.
Entre ellas destacan los autoanticuerpos (EarlyCDT-Lung), los análisis de cfDNA o fragmentómica y los paneles proteómicos. Aunque prometedoras, estas pruebas todavía están en evaluación y no sustituyen la tomografía de baja dosis, que sigue siendo el estándar internacional.
En un futuro, podrían funcionar como complemento para mejorar la selección de pacientes en entornos con recursos limitados.
Factores clave
— En cifras
Factores clave del cáncer de pulmón, el cuarto más frecuente en el país. Es una de las tres principales causas de muerte por cáncer.
Encontrar una lesión pequeña y a tiempo ofrece mejores oportunidades de tratamiento.
Llegar a tiempo: un compromiso con la vida
El cribado no es un lujo, sino una oportunidad real de llegar a tiempo. Si estás dentro del grupo de riesgo, habla con tu médico hoy mismo y pregunta si aplicas para una tomografía de baja dosis.
Si no lo estás, comparte esta información con quienes sí podrían beneficiarse. Cuidarnos entre todos, informarnos y actuar con responsabilidad también salva vidas.
Detectar a tiempo puede ser la diferencia entre un diagnóstico tardío y una nueva oportunidad para respirar, vivir y disfrutar del mañana.