El Covid-19 produce gran incertidumbre a las personas con discapacidad

El Covid-19 produce gran incertidumbre a las personas con discapacidad

El Covid-19 produce gran incertidumbre a las personas con discapacidad

Los hermanos Pedro Antonio y Rodolfo del Rosario.

*Por Petra Rondón

SANTO DOMINGO.-El surgimiento del Covid-19 trajo múltiples preocupaciones y desasosiego a la humanidad. Todos los países, al mismo tiempo, tuvieron que enfrentar –y sin mucha información– un ataque mortal a la salud de todos los seres humanos.

En medio de ese escenario devastador, la situación vivida por las personas con cierta discapacidad tuvo una repercusión inmediata y sin precedentes, desde el punto de vista psíquico y emocional, ya que se vieron obligados a lidiar con un nuevo obstáculo en sus vidas.

En junio de 2020 el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y el Consejo Nacional de Discapacidad (CONADIS) trabajaron una encuesta con el título “Situación COVID-19 y personas con discapacidad en República Dominicana”, con el propósito de obtener información acerca de la situación en que se encontraba ese sector de la población a raíz del inicio de la pandemia.

Los resultados arrojados por el estudio revelan que las mayores preocupaciones de las personas con discapacidad se concentran en la posibilidad de contagiarse y tener que acudir a un hospital colapsado; infectar a un ser querido, quedarse sin trabajo y no poder generar ingresos para el sustento de sus familias.

En el aspecto laboral el 45.8% de los entrevistados dijo estar activo, mientras que un 28.0% afirmó que sufrió una reducción de su salario, igual porcentaje perdió el trabajo de manera temporal y 23.6% perdió su empleo de manera definitiva.

Entre el porcentaje de quienes perdieron sus empleos de manera definitiva se encuentra Rodolfo del Rosario, una persona con discapacidad visual que laboraba en una dependencia de la Corporación Dominicana de Empresas Estatales de Electricidad (CDEEE) y que en febrero de 2021 fue desvinculado de sus labores. En principio le informaron que se quedara en la casa para comenzar a gestionar la pensión, pero luego lo llamaron para que pasara a recoger una carta que daba por terminado su relación de trabajo.

Rodolfo forma parte del 37.9% de la población de República Dominicana que vive con discapacidad visual, una afección que de acuerdo con la Encuesta Nacional de Hogares de Propósitos Múltiples (Enhogar-2013) es la principal condición de las personas con discapacidad.

Un duro camino

En su niñez, los hermanos Pedro y Rodolfo llevaban lo que muchos llamamos una “vida normal”. Como todos pequeños jugaban, iban a la escuela, hacían deportes y realizaban las actividades que permitía la imaginación de todos los que tenían ese rango de edad.

La vida, con el paso de los años, dio un vuelco y todo cambió. Ya nada era lo mismo, Pedro, el mayor, comenzóa perder la vista de manera gradual. La visión,ya menguada, no le permitía escribir encima de las finas rayasde sus cuadernos y para ayudarlo sus amigostrazaban líneas gruesas que le permitieron prologar sus años de estudios en la escuela, pero no por mucho tiempo.

Eran dos pequeños afortunados. Tenían padres preocupados que decidieron hacer todo lo que estuviera a su alcance para solucionar sus problemas de salud; y luego de varias consultas, estudios y juntas de especialistas de la visión, llegó un diagnóstico doloroso y devastador: la enfermedad era progresiva e irreversible. Así que en poco tiempo produciría una ceguera total. Cuando esto ocurrió ambos habían allanado el camino que los llevaría a una nueva “claridad”.

A pesar de que vivían en San Rafael del Yuma, un pequeño pueblo ubicado en la región Este, ambos ingresaron a la Escuela Nacional de Ciegos. Los dos estudiaron y se destacaron en diferentes aspectos, incluso en disciplinas como natación, atletismo, salto, lucha. La práctica y dedicación los llevó a ganar medallas que todavía hoyconservan y se sienten muy orgullosos.

Los dos tuvieron la oportunidad de ser incluidos en el porcentaje mínimo de personas con discapacidad que recibieron educación. Se alfabetizaron en el sistema Braille y poco a poco se fueron insertando a la vida productiva, dos campos donde existe una evidente exclusión, de acuerdo informe “Derechos de las personas con discapacidad en República Dominicana”, presentado por el Observatorio a la implementación de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (OPcD).

Pero no todo siempre fue color de rosa. El camino por recorrer ha sido duro y lleno de las barreras que regularmente se interponen en el camino de las personas con discapacidad visual. Una de las historias que Pedro siempre cuenta, y que hace lo posible para que se convierte en un chiste, es como un día iba caminando por una calle y se cayó en una de las alcantarillas abiertas porque se habían robado la tapa. “Por suerte que caí con los brazos abiertos y eso impidió que me hundiera en el hoyo hasta el fondo”, afirma.

Para saber

  • Según el informe “Derechos de las personas con discapacidad en República Dominicana”, delOPcD, las personas con discapacidad están entre las más pobres del mundo, viven excluidas de los bienes y servicios a los que tienen acceso la mayoría de los ciudadanos.
  • Enhogar-2013 revela que en Santo Domingo viven 88,121 hombres y 94,265 mujeres con algún tipo de discapacidad.
  • La Oficina Nacional de Estadísticas (ONE) plantea que el 25% de la población con discapacidad tiene un rango de edad entre los 20 y 39 años.
  • Las discapacidades que predominan entre los dominicanos son la visual, física o motora y las intelectuales.

La discapacidad visual afecta a un 37.9% de la población.