En la pasada columna planteé “El Conflicto Haití-República Dominicana: Métodos Alternos de Resolución del Conflicto”, aunque en la misma solo retomé lo que habían planteado diversos sectores en la prensa en relación a la confrontación entre la República Dominicana y Haití.
En el referido conflicto han salido a relucir diversos “acuerdos” entre los dos países que componen la “Quisqueyana”, para solucionar diferencias en relación a terrenos, ríos, mar y espacio aéreo entre otros aspectos.
En tales acuerdos suscritos por las partes han firmado “demócratas”, dictadores de ambos lados y sectores influyentes de ambas naciones. Pero aun así, han aflorado diferencias y es normal que eso ocurra, ya que los conflictos son dinámicas sociales en las que interactúan intereses, necesidades y las opciones son en algún momento escasas, pero siempre existen posibilidades de alcanzar acuerdos satisfactorios.
El método no adversarial tradicional utilizado en el país ha sido el arbitraje, el cual estuvo presente desde el año 1884, cuando las autoridades de entonces, decidieron implementar el Código Civil Dominicano en los artículos 1003 hasta 1028, pero el 19 diciembre de 2009, el Congreso Nacional emitió la Ley 489-08, la cual regula el arbitraje.
Es interesante recordar que el Código Civil nuestro es descendiente del Código Civil francés propagado por Napoleón. Aun a la fecha de la quinta república, sigue rigiendo en los tribunales y socializado en las universidades que imparten la licenciatura en Derecho, maestría, doctorado y otros programas de formación; sin que nuestros “honorables legisladores”, hayan variado, adecuado y poner esa ley acorde a los tiempos de las nuevas generaciones, tanto en los profesionales del derecho como para las partes en conflicto. Pero es importante destacar que los organismos internacionales cuentan con herramientas, jurisprudencias y otras facilidades para enfrentar las controversias entre los estados miembros.
La Organización de las Naciones Unidas que agrupa a 200 países como miembros, posee medidas que buscan garantizar la convivencia pacífica de sus pueblos, en donde la solución de controversias es desde hace décadas el método por excelencia para abordar los conflictos de sus integrantes.
Pero aun así, han sido varios los estados enfrentados que en vez de acudir a los canales correspondientes, insisten ignorar estos mecanismos pacíficos y prefieren tomar decisiones que en vez de facilitar el entendimiento entre los pueblos, incitan al odio, violencia, pérdidas económicas y posiblemente a un conflicto bélico, el cual tiene como consecuencias víctimas fatales.
Luego en otra columna abordaremos las diversas formas que plantean estos órganos internacionales de las cuales la República Dominicana es signataria; pero en relación a la controversia con la República de Haití, no fueron utilizadas las vías alternas antes de tomar decisiones que ha perjudicado a varias provincias de la región fronteriza y diversos actores involucrados, básicamente comerciantes, empresarios, religiosos y la mano de obra de ambos pueblos.
Tras esta crisis por el río Dajabón, varios historiadores han coincidido en analizar la situación actual con la frontera y a la vez, han planteado hechos históricos que pueden edificar a un mediador imparcial que haya sido designado de acuerdo con las partes, para colaborar en una posible salida pacífica al conflicto con Haití.
Uno de esos planteamientos lo ha realizado el ex ministro de las Fuerzas Armadas, José Miguel Soto Jiménez, el cual es escritor, historiador y político. Este esbozo que han sido varios los jefes de estado dominicanos que ha tenido enfrentamiento con las autoridades haitianas, dentro de los cuales destacó el gobierno democrático de Juan Bosch, pero que también el dictador Rafael Leonidas Trujillo, en los años 1936 y 1937.
No solo fue en esos gobiernos, también ocurrió en la gestión de los 12 años, presidida por Joaquín Balaguer, en donde los Estados Unidos impusieron según escritores e historiadores, sanciones drásticas con ese pueblo y el presidente dominicano (Balaguer), manejo con prudencia la venta de mercancías y las relaciones diplomáticas.
Llegando al punto, de permitir que las embarazadas pudieran ser asistidas por maternidades nacionales sin ningún contratiempo. La frontera siempre ha sido una zona conflictiva, en donde ningún presidente ha podido buscar salidas a las diversas controversias.
Similares situaciones conflictivas fueron en la gestión del fallecido presidente Antonio Guzmán Fernández, por enfermedades porcinas y las medidas que deberían tomar las autoridades haitianas, por lo que la parte dominicana tuvo que tomar decisiones en ese sentido. Similares situaciones ocurrieron con los ex presidentes Jorge Blanco, Leonel Fernández e Hipólito Mejía Domínguez. Recordar que en el caso de Fernández este fue agredido en Haití por militares y parte de las bandas. https://eldia.com.do/el-