El conflicto entre palestinos e israelíes la deshumanización de la humanidad

El conflicto entre palestinos e israelíes la deshumanización de la humanidad

El conflicto entre palestinos e israelíes la deshumanización de la humanidad

*Por J. Alexander Pérez

Hay dos acontecimientos que han puesto en un serio peligro de extinción a la humanidad: la Guerra Fría entre el bloque Estados Unidos, y el que encabezó la Unión Soviética después de la II Guerra Mundial desde 1945, que se extendió hasta la caída del Muro de Berlín en 1986; y ahora el efecto invernadero que está provocando cambios radicales en el clima global.

En los diversos conflictos bélicos que se sucedieron en ese episodio de la historia, hubo altos oficiales militares y dirigentes políticos que jugaron a una conflagración, bajo la premisa de que su país era el más poderoso y que aplastaría a sus enemigos antes que pudieran reaccionar, cuando en realidad si esa guerra hubiera iniciado, no termina porque el planeta habría sido devastado por completo.

En algunas naciones o grupos económicos se habla del cambio climático como algo irrelevante; un cuento de ecologistas; y hasta un invento de la izquierda; mientras ya varias islas del Pacífico han desaparecido, y se advierte que otras 10 podrían correr la misma suerte en el corto plazo de continuar el deshielo; y ni hablar de los poderosos huracanes que nos han visitado en los últimos años.

Esta misma tozudez, irracionalidad o inconsecuencia se da en las constantes incursiones violentas entre israelíes y palestinos, que tiñen sus calles con la sangre de civiles indefensos, pero mas que eso, de seres humanos.

Israel y Hamás se han lanzado a una guerra total tras varios días de hostilidades que supera las 200 personas muertas en Gaza (incluidos 58 niños y 34 mujeres), y más de 1.200 heridos. Mientras, que en Israel, otras 10 personas perdieron la vida (entre ellos, dos menores) y más 300 heridos por los cohetes de las milicias palestinas.

Es inconcebible semejante brutalidad, porque de parte y parte lo que yo veo cayendo no son árabes o judíos, sino seres humanos.

He cuestionado que esas naciones se dejen utilizar poniendo a sus pueblos como escudos de cañón para que se hagan sentir las poderosas luchas de intereses de las grandes economías del mundo. Porque si el G9 (Estados Unidos, Japón, Alemania, Reino Unido, Francia, Italia y Canadá + China y Rusia) quisiera acabar con esos conflictos, ya en esa región no sonara ni un torpedo en navidad.

En esta zona del mundo confluyen todas las pasiones que dividen a la humanidad y que provocan esas contradicciones, como la economía, política, religión, etnia, territorios, etc.

El conflicto se remonta a siglos atrás por la discriminación que históricamente se hizo contra el pueblo judío, pero también por la posición estratégica de los territorios ocupados, hasta llegar a la resolución 1812 de la Asamblea General de la ONU del 29 de noviembre de 1947 que crea un plan de partición de esos territorios en tres partes: un estado palestino, uno judío y la ciudad de Jerusalén que tendría un estatuto jurídico especial, bajo el control del Consejo de Seguridad.

El plan fue rechazado el 13 de mayo de 1948 porque asignó el 54% a los judíos y el 46% de los territorios a los palestinos; de inmediato el pueblo de Sión declara la independencia del Estado de Israel, (hecho que sorprende e indigna a la región), quienes crearon la Alianza Árabe para despojar a los judíos de los citados territorios, conflicto que se ha extendido y les ha beneficiado porque han instaurado asentamientos en la franja de Gaza y Cisjordania.

La ONU envía cascos azules a las zonas y fueron rechazados por la Alianza Árabe mediante un pacto de defensa mutua, con contingentes militares de Egipto, Siria e Irak. Esto Israel lo aprovecha y se desata la llamada “Guerra de los Seis Días”, y ocupa la franja de Gaza, Cisjordania, Jerusalén del Este, la península del Sinaí y los altos del Golán.

Esa escalada deja cientos de muertos, miles de heridos, y cerca de 500 mil desplazados. El Consejo de Seguridad de la ONU emite la Resolución 242 del 22 de noviembre de 1967, que ordena la retirada de las tropas israelíes de los territorios ocupados, una justa solución a los refugiados; reconocimiento de la independencia política de los estados (Israel y Palestina).

A partir de ahí se han generado varios conflictos, incluyendo la guerra de YomKipur (1973) y la Guerra de Líbano (1983), desde entonces las potencias del mundo han tenido enviados especiales para la paz en el Medio Oriente. El ex presidente Bill Clinton pone especial atención y el 2 de noviembre del 1999 logra reunir al primer ministro de Israel Ehud Barak, y al presidente de la Autoridad Nacional Palestina, (ANP) Yaser Arafat.

El 12 de marzo del 2002 el Consejo de Seguridad dicta la Resolución 1397 que ordena cese de las hostilidades y reanudación de las negociaciones, por lo tanto, la ONU, Estados Unidos, Unión Europea, Rusia y otros presentan a Israel y la ANP una hoja de ruta para una solución política pacífica del conflicto, que disponía reconocer la soberanía y derechos de ambos Estados.

El ex presidente de EE.UU, Barack Obama en mayo del 2011 da un giro al conflicto al reconocer las fronteras entre Israel y Palestina antes al 1967.

El presidente Obama se va mas lejos, el 23 de diciembre no veta la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU de condena a la política de asentamientos de Israel. Luego el secretario de Estado John Kerry defiende la posición de la ONU, y dice que los asentamientos israelíes en territorios palestinos no están de acuerdo a los valores de EE.UU.

El conflicto toma un nuevo giro cuando el flamante presidente Donald Trump anuncia que trasladará a Jerusalén la embajada de Estados Unidos en Israel, posición que siguieron otros países, pero rechazada por el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas y varios líderes árabes.

Frente a todo esto lo único que para los violentos enfrentamientos entre palestinos e israelíes es un reconocimiento recíproco como estado; el cese de las ocupaciones por parte de Israel y los grupos palestinos a la violencia; permitir el retorno de refugiados y buscar un acuerdo sobre la frontera.

Una tarea nada fácil porque Israel estima como “un hecho consumado” el nuevo mapa que se ha diseñado con las ocupaciones; y los palestinos exigen que se vuelva a la línea trazada en el 1967. Sin embargo, todo indica que al G9 no le interesa resolver esta situación porque obtienen mas beneficios del conflicto.



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