El cólera en la isla

El cólera en la isla

El cólera en la isla

La movilidad humana entre República Dominicana y Haití es alta, un hecho común entre países con frontera terrestre sin grandes barreras naturales.

Y cuando esto ocurre el control de los fenómenos ambientales, sociales y de salubridad deben ser atendidos con esmero en cada uno de los países involucrados si se quiere mantener el control en estas áreas clave.

Por alguna buena razón los dominicanos hemos permanecido libres de contaminación de la violencia y la descomposición social haitiana. Tal vez porque estos males del vecino tienen, en realidad, una causa política, un plano en el que las dos naciones nunca han ido por el mismo camino.

Los asuntos sanitarios, en cambio, pueden tener en su base las relaciones humanas, así que mantener las afecciones de la salud en la isla requiere de las atenciones debidas a ambos lados de la frontera.

Ahora es el caso del cólera, una afección bacteriana que disparó las alarmas en el Ministerio de Salud desde que fue de dominio público la reactivación de este mal en Puerto Príncipe, la capital haitiana, en los primeros días de este mes de octubre después del gran brote de 2010, superado en 2019.

Ayer fue confirmado un caso de la enfermedad en una haitiana que regresó de Haití y debió ser atendida por un cuadro diarreico.

La confirmación del diagnóstico, de acuerdo con información del Ministerio de Salud Pública, se obtuvo en el Laboratorio Nacional de Vigilancia Doctor Defilló, donde se determinó que la señora tiene una afección de “Vibrio Cholerae, serogrupo 01, serotipo Ogawa”.

Una buena disposición de la población puede hacer mucho, vista la actitud de las autoridades sanitarias desde que fue conocido el primer rebrote en la isla.



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