El béisbol no debe ser un deporte perfecto

El béisbol no debe ser un deporte perfecto

El béisbol no debe ser un deporte perfecto

Con la eventual puesta en ejecución de la computarización de la zona de strikes en Grandes Ligas, el béisbol sigue su ruta hacia la deshumanización.

Se eliminaría el margen de error del árbitro del “home plate”, aunque
ciertamente se perfeccionaría el juego, pero a la vez lo deshumaniza.

La nueva reglamentación “robotizaría” a los fanáticos de las gradas, inútiles y los convertiría en simples y súper pasivos espectadores, quienes estarían menos integrados al juego y ya no podrán interactuar entre sí, ante una llamada dudosa.

No pocos lectores deben de pertenecer a la “vieja guardia” conservadora del béisbol.
Aquella de las viejas estampitas con olor a chiclets, de nuestros inolvidables ídolos del béisbol v que se coleccionaban con fervor y celo.

Ahora los árbitros del home tendrán menos trabajo, lo que equivaldría a tener menos responsabilidad.

Un computador marcando las “bolas y los strikes” y un árbitro con un auricular conectado a un iPhone serían los nuevos elementos que le robarían mas sabor al béisbol.
Es como si MLB se olvidara que un humano inventó el béisbol.
Que humanos lo juegan.

Que humanos lo arbitran.

Y que humanos en las gradas lo disfrutan.

Y de seguir el béisbol en esa ruta, quizás no estará lejos el día de la sustitución de los managers por robots instalados en los “dougouts”, alimentados con las estadísticas de todos los peloteros, quienes tomarían las decisiones que los números les dicten y quienes jamás serían expulsados del juego por discutir con un árbitro.

La gran pregunta sería, ¿Es que no tienen límites las normas para perfeccionar el béisbol?
Ya son hechos de un pasado muy lejano, aquellos jonrones que en los 50 conectaba Alonzo Perry en aquellos juegos épicos del béisbol dominicano, cuando le estaban dando una base en bolas.

El béisbol como muchas cosas de la vida, evoluciona.

Pero, a alguien se le ha ocurrido que el juego debe ser perfeccionado al máximo.
Con la nueva estocada tecnológica, se atenta contra la parte emotiva del juego, que ningún robot ni computadora puede perfectamente apreciar ni tampoco medir.

Estamos en presencia de otra nueva forma de exclusión del humano del béisbol.
Estamos frente al dilema de decidir entre la perfección y la humanización del béisbol.
Y parece imponerse la primera sobre la segunda.

Y qué pena que así sea.

Y qué pena que el sindicato de árbitros y MLB implementen la zona computarizada de la zona de strikes.

Seguro que desde donde esté, Abner Doubleday, debe de sentirse muy afligido y estará desconsoladamente lloroso, de ver cómo la tecnología que él nunca soñó, ha deshumanizado el juego que inventó en Cooperstown en 1839.

*Por Radhamés Bonilla



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