Está demostrado que a casi todos nuestros políticos les sobra capacidad demagógica y les falta vergüenza, conciencia y, sobre todo, sinceridad.
Y esto quedó evidenciado una vez más durante el acto de firma de compromiso en el que todos los candidatos presidenciales se comprometieron a respetar la ley y asignar por lo menos el 4% del Producto Interno Bruto (PIB) a Educación.
En teoría, todos favorecen que el Estado invierta más en Educación, pues según ellos, y es verdad, esto es imprescindible si queremos salir del atraso en que estamos como país.
Pero resulta que el primero que firmó el compromiso fue Hipólito Mejía, del PRD, quien ocupó la Presidencia de 2000 a 2004 y, aunque tuvo la posibilidad, nunca cumplió con el 4%, ni siquiera llegó a la mitad.
Durante el gobierno de Hipólito los profesores dominicanos siguieron en las mismas condiciones miserables en que los había dejado Balaguer y Leonel. Pero además de docentes ganando menos que un cobrador de guagua analfabeto, miles de niños quedaban cada año fuera de la escuela por falta de aulas, otros recibían clases debajo de un árbol o en condiciones indignantes.
Al terminar su desgobierno, Hipólito dejó al magisterio y al sector educativo igual o peor que como lo encontró cuatro años atrás. Pero en lo que respecta a su fortuna según él mismo declaró- subió de RD$19,000,000 a RD$34,000,000 (de 19 a 34 millones), con todo y que en el mismo período el país vivió una de sus peores crisis económicas por el megafraude de los banqueros que hoy están encarcelados en Najayo.
Y el último en firmar el compromiso fue Danilo Medina, candidato del Gobierno y del PLD quien, igual que el expresidente Mejía, habló como si no fuera uno de los responsables de la humillante situación en que está la Educación dominicana.
Habló Medina como si estuviera delante de un grupo de imbéciles y no delante de gente consciente. Olvidó, o quiso olvidar, que de los últimos 20 años su partido lleva casi 12 en el Poder, y no ha hecho más que maltratar a los maestros, por supuesto, con la excepción de algunos, como Melanio Paredes, quien hasta llegó a competir con su antecesora Alejandrina Germán en cuanto a quién tiene la villa campestre más costosa.
En los gobiernos del PLD solo un profesor de escuela ha logrado pasar de ser un ninguneado económicamente a ser un nuevo millonario. Se trata precisamente de uno de los delfines de Danilo: Radhamés Camacho, nada menos que el presidente de la Asociación Dominicana de Profesores.
Fuera de estos tres peledeístas nadie se ha hecho rico dando clases.
A Hipólito lo desmienten los hechos, pero al menos tiene suficiente firmeza demagógica como para jurar y perjurar que cumplirá con el 4%. Y ojalá que así sea.
Pero a Danilo ni siquiera eso. El candidato peledeísta reculó a tan solo una semana de haber firmado el Compromiso por la Educación, y aclaró que eso sería gradual.
Ya sabemos que si gana Danilo, alcanzar que su gobierno asigne el 4% del PIB a Educación, como dice la ley, tardará más que lo que duraron los ingenieros para construir la hermosa casa de 25 millones que tiene Alejandrina en el campo para ir a botar el estrés de Nuria, y un poco más de lo que tardaron los albañiles de Haina para levantar la villa de Melanio; no será tan fácil como subir al despacho montado en un ascensor por atrás, ni tan fácil de conseguir como los millones que declaró el profesor Camacho, insisto, el único profesor millonario del sector público.
De los que firmaron el Compromiso por el 4% les creo a Guillermo Moreno y a Julián Serulle, pero ocurre que todavía estos no alcanzan ni siquiera el 4% de los votos. No es casual que quienes han gobernado hasta ahora nunca han tenido la Educación como una prioridad.
De todos modos, gane quien gane, el compromiso que firmaron servirá para reclamar con más vigor que se cumpla con el 4% para Educación ya que Leonel ni siquiera en su último año le dará al sector más del 3%, violando por undécima vez la Ley que juró respetar.