El sábado pasado se realizaría el último programa de Sábado de Corporán, en donde muchos artistas participarían despidiendo a quien fuera el padre del despegue de mucho talento criollo: Rafael Corporán de los Santos.
Ese adiós no se realizó, y en los estudios donde por más de tres décadas se grabó este espacio solo estaba un colegio como invitado y una señora (fiel amiga), animando el público.
Ya no estaba aquel gentío que corría detrás de Corporán, los pica pica, que se apostaban en los alrededores de Color Visión para asaltar a los artistas que allí iban a presentar sus exclusivas.
Todos se han ido ante de tiempo y en aquel espacio, casi vacío, solo queda Rafael Corporán, quien como un férreo capitán se abraza a un barco que navegó airoso llevando consigo el éxito de artistas nacionales e internacionales.
Para este sábado está programada de nuevo la despedida que al llamado Viejo Corpo se le hará en su programa, y para la que están invitados varios artistas. Pero para esta despedida yo espero ver allí a sus amigos, a los falsos que lo adulaban y que lo subían a un pedestal del que hoy lo dejaron caer.
También sería bueno ver a toda esa gente que supo utilizarlo cuando el empresario de la comunicación se constituyó en un poder que la gente del entretenimiento necesitaba. Seguro que Corporán espera a sus amigos.