Ejército egipto promete transición democrática en primer día sin Mubarak

Ejército egipto promete transición democrática en primer día sin Mubarak

Ejército egipto promete transición democrática en primer día sin Mubarak

EGIPTO.- Las todopoderosas fuerzas armadas de Egipto prometieron el sábado una transición pacífica hacia un gobierno civil electo y el respeto de todos los tratados internacionales, un día después de que el renunciante presidente Hosni Mubarak les entregase el poder del país.

Mientras tanto, en las calles de El Cairo, miles de personas llenas de esperanza por el futuro del país seguían celebrando su victoria sobre el régimen de Mubarak, de 82 años, que renunció la víspera tras tres décadas en el poder.

En un comunicado leído en la televisión estatal, el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas afirmó su compromiso con una «transición pacífica del poder» que «prepare la vía para que una autoridad civil electa construya un Estado democrático».

Afirmó asimismo que Egipto respetará todos sus tratados regionales e internacionales, confirmando implícitamente que el acuerdo de paz de 1979 con Israel permanece intacto.

El actual gobierno egipcio, designado recientemente por Mubarak, permanecerá en el poder para administrar los asuntos corrientes, precisaron los militares.

Este comunicado, el «número cuatro» del Ejército desde el inicio de la sublevación popular contra el régimen, es el más explícito hasta ahora sobre las intenciones de los militares tras la dimisión de Mubarak.

El ejército retrasó asimismo el toque de queda, que ahora comenzará a medianoche, hasta las 06H00 locales.

Tras una noche de frenética fiesta, los egipcios volvían a confluir por la tarde a la emblemática plaza Tahrir (de la Liberación) de El Cairo, epicentro de la contestación contra el régimen durante 18 días, para seguir celebrando, comprobó la AFP en el lugar.

Allí se mezclaban familias, ancianos y por supuesto miles de jóvenes, que iniciaron esta sublevación popular el 25 de enero sirviéndose de internet y lograron propagarla después al resto de la sociedad egipcia.

«¡Es una fiesta! Hemos vuelto a nacer», afirmaba Osama Tufic Sadalá, un ingeniero agrícola de 40 años.

El ejército levantó las barricadas y los espesos rollos de alambrada de púas que protegían el lugar. Voluntarios civiles que limpiaban la plaza, ayudaban a los soldados a retirar también los restos calcinados de vehículos que ardieron en el momento más violento de las protestas, cuando los enfrentamientos entre manifestantes pro y anti Mubarak dejaron 11 muertos.

Unas 300 personas perdieron la vida en todo el país desde que comenzó este movimiento prodemocrático, según cifras de la ONU.

En una cárcel de El Cairo, unos 600 presos escaparon el sábado tras haberse amotinado, informaron responsables de la seguridad egipcia. Varias personas murieron y otras resultaron heridas aunque por el momento no estaba claro quiénes eran las víctimas.

Tras la dimisión de Mubarak, que se refugió con su familia en su residencia secundaria de Sharm el Sheij, a orillas del mar Rojo, el poder quedó en manos del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, y personificado en el ministro de Defensa, Mohamed Husein Tantaui, lo que causaba incertidumbre y cierta inquietud.

«Se trata de un consejo formado por unos 20 generales que vienen de horizontes diferentes. Pese a que tienen una misión común, puede haber divergencias», considera Teufik Aclimandos, catedrático universitario especializado en el ejército egipcio.

Mientras tanto, cientos de policías uniformados y miembros de la policía secreta protestaban en la ciudad de Ismailiya, a orillas del canal de Suez, acusando a sus oficiales superiores de haberles ordenado disparar contra los manifestantes.

«La policía y el pueblo juntos», coreaban. La policía egipcia ha sido objeto de la ira popular tras su violenta represión contra los manifestantes anti Mubarak.

La caída del presidente egipcio Hosni Mubarak fue saludada por los principales líderes mundiales y festejada en las calles de otros países árabes.

El presidente estadounidense, Barack Obama, afirmó que «el pueblo habló y Egipto ya no será más el mismo» y urgió al ejército a garantizar la transición hacia una «genuina democracia».

Por su parte, la prensa gubernamental egipcia, que apoyaba sin titubeos al ahora ex presidente Mubarak, celebró el sábado la «Revolución de los jóvenes».

«El pueblo hizo caer al régimen», «los jóvenes de Egipto obligaron a Mubarak a irse», titulaba en portada Al Ahram, diario de referencia de la prensa gubernamental.

 



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