Con el auge y la facilidad de obtención de información en internet, la imaginación de las personas y el deseo incansable de descubrir nuevas cosas; muchos pacientes deciden realizarse un blanqueamiento casero con la finalidad de disminuir el costo, otros alegan que lo hacen para evitar daños en sus dientes porque piensan que un blanqueamiento dental efectuado por un odontólogo haría más daño, debido a que se utilizan productos químicos para despigmentar con un potencial mayor de agresividad.

La mayoría de las personas se documentan de los famosos blanqueamientos caseros en páginas, blogs y publicaciones en internet; en estos espacios les dan a conocer los pasos a seguir, los productos a usar y un sin número de detalles más.

Los productos que suelen recomendar son: el bicarbonato mezclado con limón, agua oxigenada, fresas, frutilla, sal combinada y limón, entre otros.

Lo lamentable es que muchos ignoran las consecuencias de esta mala práctica. La acidez producida por los productos antes mencionados genera porosidad en el esmalte dental provocando su desgaste, pérdida de estética, debilitamiento, sensación de aspereza y aparición de sensibilidad.

Otro dato importante, es que en algunos casos la pigmentación del diente es intrínseca, por tanto el uso de un ácido casero no surgirá efecto porque su alcance es únicamente extrínseco. Para dichos casos se necesita el diagnóstico y tratamiento de un profesional, un odontólogo puede realizar un blanqueamiento intrínseco si es necesario.

Existen blanqueamientos caseros indicados por odontólogos, los cuales se utilizan para reforzar un blanqueamiento hecho dentro del consultorio, la diferencia es que estos  son realizados con productos recetados por el profesional bajo estricta supervisión, los cuales están fabricados exclusivamente para blanquear dentaduras.

Un blanqueamiento correcto siempre debe ir acompañado de los consejos y la maniobra de un doctor en odontología que esté debidamente capacitado y entrenado para lograr lo que el paciente busca.

De manera personal le recomiendo a todo aquel que tenga la oportunidad de leer este artículo, no intentar exponer su dentadura a inventos poco confiables.

Dios le bendiga abundantemente.

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