WASHINGTON.- El gobierno de Donald Trump renovó el lunes su llamado para que la Organización de Estados Americanos suspenda a Venezuela y para que otros miembros aumenten la presión sobre el gobierno del país sudamericano para restaurar el orden constitucional.

El secretario de Estado Mike Pompeo dijo a la OEA que el gobierno del presidente Nicolás Maduro está en un proceso de «desmantelamiento a gran escala» de la democracia.

El vicepresidente estadounidense Mike Pence pidió previamente la suspensión de Venezuela. Pompeo volvió a calificar de «farsa» las elecciones del mes pasado, en las que Maduro fue reelegido, y dijo que el gobierno ya agotó «todas las opciones para el diálogo».

«La suspensión no es el objetivo como tal, pero demostrará que la OEA respalda sus palabras con acciones», dijo Pompeo ante la Asamblea General, la cumbre de mayor nivel del bloque del hemisferio occidental.

Horas antes, un total de 20 ministros de relaciones exteriores de los 34 Estados que integran el organismo acordaron incluir por primera vez en la agenda de la Asamblea General un tema relacionado con la crisis en Venezuela.

Aunque Estados Unidos, México y otros miembros del llamado Grupo de Lima presionaron para que se adoptara una resolución contra el gobierno de Maduro, no se preveía una votación durante la sesión actual con la intención explícita de suspender a Venezuela, dada la incertidumbre de si obtendría el respaldo de las dos terceras partes de los Estados miembros para su aprobación.

En Caracas, el presidente Maduro acusó a Estados Unidos de presionar a varios países de la región de manera «vulgar», que incluiría el retiro de apoyo financiero y hasta sanciones para sumar apoyo a su agresión contra Venezuela.

El Grupo de Lima y Estados Unidos ya se rehusaron a reconocer la victoria de Maduro en las elecciones presidenciales de mayo, y afirman que no cumplió con «los estándares internacionales de un proceso democrático libre, justo y transparente».

El canciller venezolano Jorge Arreaza respondió acusando a Estados Unidos de interferencia ilegal en los asuntos internos del país y de violar la carta de la OEA al imponer sanciones.

«Ningún gobierno tiene moral de ningún tipo para reconocer o no a nuestro gobierno», indicó Arreaza.

Venezuela ya está trabajando para salir de la OEA y en abril de 2017 comenzó con el proceso, que tiene una duración de dos años. «¿Cómo nos van a expulsar de donde ya nos fuimos?», preguntó Arreaza.

Entre las demás naciones, únicamente el canciller boliviano Fernando Huanacuni expresó su apoyo al gobierno de Maduro durante la sesión del lunes. El secretario de Relaciones Exteriores de México, Luis Videgaray, negó que los países del Grupo de Lima intenten desestabilizar a Venezuela.

«Decir que esta mesa se limita a atacar a Venezuela es hacer una injusticia a quienes han participado varias veces para llegar a una solución pacífica», manifestó, en referencia a los fallidos intentos del año pasado de mediar entre el gobierno venezolano y la oposición.

Se prevé que Pence respalde a Pompeo en su llamado a la suspensión de Venezuela durante la recepción que se realizará en la Casa Blanca para los altos funcionarios que asistieron a la Asamblea.

Pence tuvo una conversación telefónica el lunes con el presidente de Ecuador Lenín Moreno, en donde hablaron de la «necesidad de colaborar con naciones que tengan la misma postura a fin de proteger y promover la libertad en el hemisferio», de acuerdo a un comunicado de la Casa Blanca. Ecuador no forma parte del Grupo de Lima.

Pence hizo un llamado similar el mes pasado, cuando se convirtió en el primer vicepresidente estadounidense en dirigirse a la OEA desde Al Gore en 1994.