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Dominicanos en Puerto Rico viven entre la cotidianidad de los apagones que no tienen "encanto"


San Juan. La plaza de las Américas en San Juan de Puerto Rico, reivindicada por los puertorriqueños como la más grande y dinámica del Caribe, es un mar de tiendas diversas que en estos días tiene un dinamismo especial al llenarse de turistas que han venido por la serie de conciertos de Bad Bunny, un verdadero fenómeno, pero también muestra una estampa de la vida de la isla que se ha convertido en una incertidumbre cotidiana: los apagones.


Una vendedora de una tienda de lentes de sol de una gran variedad de marcas, mientras atiende un cliente observa que el servicio eléctrico pestaña, el servicio retorna casi de inmediato, pero vuelve a pestañear. No se inmuta y le grita a su compañera: ojalá no se caiga el sistema y se nos vaya la luz.


Relata que los apagones en la plaza ya no son extraños y que hay plantas de emergencias para las pareas comunes, pero que los comercios siguen funcionando con los focos recargables.

Cuenta su historia familiar señalando que han tenido que complar placas solares para hacer frente a los apagones que son diarios en San Juan, Caguas y Bayamón, ciudades donde el déficit energético es más notable.


Las “placas”, como le llaman a los “paneles solares”, tienen las funciones similares a lo que para los dominicanos tienen los “inversores”, pero con la desventaja de que su capacidad de almacenamiento de energía en las horas noturnas es mucho menor.


Se estima que el 10 por ciento de los hogares en Puerto Rico ya tienen placas solares con baterías que le sirven como “inversores”.

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En el verano del 2024 se llegaron a los picos de deficiencia del servicio, pero este año va camino a ser superado debido a que hay más calor y más demanda.


“Nos recordamos de los peores años en la Santo Domingo, antes de nosotros venirnos para acá que los apagones eran una pela”, comenta Miguel Santana, un dominicano que dice tener más de 20 años viviendo en Puerto Rico.


El 2025 parece que quiso iniciar con premonición clara, pues el mismo 1 de enero se produjo un gran apagón que el operador de la red de servicio eléctrico de Puerto Rico, LUMA Energy, duró alrededor de 48 horas para normalizar.


El sistema eléctrico boricua cuenta con una vieja y frágil red de generación termoeléctrica que se avería con frecuencia, en especial cuando la demanda aumenta, como es ahora en tiempos de verano.
El propio operador de la red, LUMA Energy, advirtió en marzo que el riesgo de apagones iba a ser mucho mayor que en verano anterior debido a la salida programa de varias plantas y una proyección de aumento de la demanda en las horas pico.


El problema también se agrava en tiempos de lluvias, como el de los últimos días, porque la fragilidad de sus sistema de distribución se suma a las causas de los apagones.


Desde el viernes muchos sectores de San Juan han tenido que afrontar apagones por las lluvias. “Cuando llueve, el problema es peor porque la luz se va y viene de manera intermitente. Es muy molesto”, manfiestó Santana al relatar la cotidianidad de los residentes de la capital boricua.


Dominicanos residentes en esta isla no pueden evitar hacer el paralelismo con su natal República Dominicana, quienes dicen que ahora en Puerto Rico el servicio es mucho peor. “Ahora veo que la gente se está quejando en nuestro país porque hace unos días han vuelto los apagones, pero aquí es todos los días. Allá por lo menos se sabe que eso es por unos días y que hay solución, aquí no sabemos cuando se va a arreglar, las cosas se han. Invertido”, indica

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