Dominicanos aburguesados
Los dominicanos se han aburguesado y han decidido desafiar la pandemia para darle rienda suelta a sus prácticas de “pequeños burgueses”.
El asueto de Semana Santa o las vacaciones de primavera son la demostración de que la burguesía dominicana es mucho más amplia que lo que demuestran las quejas públicas.
Las villas disponibles en lugares como Jarabacoa, Constanza, Las Terrenas, Samaná, Pedernales y San José de Ocoa estaban ocupadas en su totalidad.
No quedó una villa desocupada y en todas había disfrute consumista al mejor estilo burgués.
Lugares como Punta Cana, Juan Dolio, Puerto Plata, La Romana o Cap Cana son propios de la tradicional burguesía que le ha dado cabida a los antiguos “pequeños burgueses”.
Si medimos por el desenfreno registrado en todos los lugares de “villas” o habitaciones de alquiler para disfrute con aire de turista, hay que concluir que la pandemia no dejó tan mal al país como nos imaginábamos.
Para finales del año pasado ese desenfreno se le podía atribuir a los préstamos con tasas privilegiadas del Banco de Reservas para que la gente fuera a vacacionar y moviera el turismo interno.
Pero en esta ocasión, la mayor parte del movimiento fue financiado con “recursos propios” de cada individuo o familia.
Los dominicanos salieron a disfrutar gastando como pudientes, sin dejar espacio a la imaginación.
Las hileras de buenos carros bajando de los nuevos centros vacacionales de los pequeños burgueses dominicanos también demuestran que se le está perdiendo miedo a la pandemia y que hay muchos deseos de gastar y divertirse.