SANTO DOMINGO.-Ante los efectos del cambio climático y la incidencia que tiene la modelación o transformación de la humanidad en los ecosistemas, los dioramas constituyen una herramienta valiosa para preservar intactos ambientes icónicos que forman parte del patrimonio natural de cualquier país.
“Los dioramas son una representación de un ecosistema o un ambiente en particular y es una mezcla de ciencia con arte porque se realizan haciendo uso de diferentes técnicas: tienen pinturas, esculturas, especímenes hechos en molde, pieles o plumajes de aves; o sea, es como representar un ambiente natural creándolo con diferentes técnicas”, explicó Celeste Mir, directora del Museo Nacional de Historia Natural de la Plaza de la Cultura.
Sitios de interés
Un buen ejemplo de esas maquetas las exhibe el museo, donde figuran el lago Enriquillo, el más importante humedal Ramsar de República Dominicana; pinales de la cordillera Central, así como de las sierra de Bahoruco y Neyba; arrecifes profundos; costas rocosas, bosques secos y húmedos, manglares, cavernas y otros entornos de gran valor ecológico.
Gracias a esos espacios replicados por la mano del hombre en base a composiciones imaginarias que fungen de escenas, en ocasiones hasta tridimensionales, el público puede apreciar espacios que en ocasiones hasta han desaparecido fruto de la degradación, tala de árboles o por efectos de fenómenos atmosféricos.
Celeste Mir afirma que en ningún caso esos lugares son inventados; se usa yeso para darle forma a las estructuras de los espacios “curvos”, igual armamentos de hierros que ayudan a crear esa museografía que luego ayudan a la gente transportarse al lugar creado.
“Aquí hay hasta con 50 años y han trabajado muchos artistas y profesionales para orientar donde va cada cosa, unos son creaciones y otros réplicas…”, comentó la bióloga Mir, con 18 años en el museo.
Refirió que el diorama El Pinal está inspirado en Valle Nuevo, Parque Nacional, que es una reserva de la biodiversidad única del Caribe.
Preservación
— Museografía
Los dioramas son típicos en los museos naturales, donde muestran sitios icónicos al aire libre. Recrean y transportan al visitante a esos lugares, ayudándoles a entender sus características y capturando áreas que, en ocasiones, ya no existen.