Estos diez consejos para evitar toxiinfecciones alimentarias vienen de la mano de las profesoras de la UOC Sheila Lope Rodríguez, Cristina Bedmar Carretero y Pilar Orús Pérez.
La seguridad alimentaria es un derecho humano que se cumple cuando las personas tienen acceso físico y económico a alimentos seguros, nutritivos y en cantidades suficientes para cubrir sus necesidades nutricionales, de manera que les permitan mantener una vida sana y activa.
Garantizar que los alimentos sean seguros es clave para evitar las enfermedades que se transmiten a través de ellos, ya que los alimentos insalubres plantean amenazas para la salud a escala mundial y ponen en peligro la vida de las personas.
Existen grupos de población más vulnerables a sufrir intoxicaciones e infecciones alimentarias porque tienen el sistema inmunitario más debilitado, por ejemplo los lactantes, los niños pequeños, las embarazadas, las personas con déficits nutricionales, las personas mayores y las personas con enfermedades subyacentes.
Principales riesgos de la seguridad alimentaria
La falta de higiene al manipular los utensilios y las superficies, la contaminación cruzada entre alimentos crudos y cocinados y el consumo de alimentos crudos o expuestos durante mucho tiempo a temperatura ambiente aumentan el riesgo de proliferación de microorganismos y, por lo tanto, de sufrir una enfermedad de transmisión alimentaria.
Las enfermedades transmitidas por los alimentos o toxiinfecciones alimentarias son aquellas que se producen al ingerir alimentos contaminados por bacterias y hongos y las toxinas que estos producen, así como por virus o parásitos.
Así, algunas de las enfermedades o toxiinfecciones que podemos contraer a causa de la falta de higiene o seguridad alimentaria son la listeriosis, la salmonelosis, la enfermedad diarreica por Campylobacter, la intoxicación por toxina estafilocócica, la enfermedad diarreica por cepas de Escherichia coli, el botulismo, la enfermedad por anisakis, la intoxicación por histamina o la hepatitis A, entre otras.
Diez consejos para evitar toxiinfecciones alimentarias
Para prevenir las toxiinfecciones alimentarias en casa es necesario respetar una serie de normas de higiene durante la preparación y la conservación de las comidas que pueden ayudar a garantizar que los alimentos sean seguros.
La expertas de los Estudios de Ciencias de la Salud de la UOC recomiendan diez buenas prácticas para garantizar la seguridad alimentaria en casa y evitar intoxicaciones e infecciones alimentarias.
1. Seguir las cuatro normas básicas de la seguridad alimentaria: limpiar, separar, cocer y enfriar.
2. Lavarse muy bien las manos, especialmente después de ir al baño, estornudar, sonarse, manipular ingredientes crudos o tocar animales domésticos. Para garantizar un buen lavado de manos nos las debemos enjabonar durante al menos 20 segundos.
3. Limpiar con frecuencia los utensilios y equipos de cocina. Los trapos y otros utensilios de cocina pueden esparcir los microorganismos y contaminar los alimentos. Por ello es importante limpiar las superficies y los utensilios de cocina antes de usarlos y, especialmente, después de manipular alimentos crudos como carne, pescado, huevos, pollo, etc.
4. Utilizar agua y materias primas seguras. Las materias primas y el agua pueden contener microorganismos y contaminantes químicos. Por eso hay que tener cuidado a la hora de seleccionar los productos crudos y tomar medidas de prevención como limpiarlos y pelarlos para reducir o eliminar los peligros.
5. Mantener los alimentos a una temperatura segura. Los alimentos que no se vayan a consumir inmediatamente deben introducirse en el refrigerador o congelador tan pronto como sea posible y siempre dentro de las dos horas posteriores a su elaboración. Se recomienda no preparar grandes cantidades de alimentos con mucha antelación a su consumo.
6. Consumir los alimentos conservados en la nevera (4 °C) en un plazo máximo de dos a cuatro días. Para conservarlos durante más tiempo, deben congelarse. Desde el punto de vista de la seguridad alimentaria se puede congelar cualquier alimento, ahora bien, hay algunos que, por su composición, pueden ver afectadas algunas de sus características, por ejemplo la textura.
7. Separar los alimentos crudos de los cocinados. Es muy importante no utilizar los mismos utensilios al manipular los alimentos crudos y los alimentos cocinados para evitar la contaminación cruzada. Utilizar el mismo utensilio (cuchillo, tabla de corte, cucharón…) con alimentos crudos y reutilizarlo sin lavar con alimentos ya cocinados puede provocar la contaminación del alimento que ya está listo para ser consumido. Dentro de la nevera, los alimentos crudos y los cocinados también se tienen que conservar en espacios diferenciados y en recipientes tapados para evitar que se contaminen entre ellos.
8. No descongelar los alimentos a temperatura ambiente. Durante la descongelación de los alimentos se puede volver a iniciar el crecimiento de microorganismos patógenos. Por eso los alimentos deben descongelarse a una temperatura controlada, ya sea dentro de la nevera o en el microondas, justo antes de elaborarlos.
9. Cocinar los alimentos a una temperatura superior a 63 °C. Hay que cocinar completamente los alimentos antes de consumirlos, sobre todo el pollo, los huevos y el pescado. En caso de consumir alimentos crudos, por ejemplo pescado, es recomendable congelarlo durante al menos 24 horas antes de ingerirlo. Además, es importante prepararlo con la mínima antelación posible a su consumo.
10. Utilizar huevos que tengan la cáscara limpia e íntegra. Nunca se deben lavar los huevos antes de usarlos y siempre se debe evitar romperlos sobre la misma superficie donde se servirán.