Deuda, Crisis y Gasto

Deuda, Crisis y Gasto

Deuda, Crisis y Gasto

Frederich E. Bergés

Si en algo estamos de acuerdo los que observamos el comportamiento económico del país es que hay crecientes niveles de déficit fiscal y una de sus consecuencias funestas es el aumento en la deuda pública.

El simple hecho de que los niveles actuales de deuda están por debajo de los niveles en los años de 1990-1991 y 2003-2004, no debe ser razón para quedarnos de brazos cruzados.

En ambos periodos el país se encontraba en una crisis o en la recuperación de crisis, tanto en 1990 como en 2003.

Es decir es el tema actual es de más preocupación aún porque tenemos niveles de endeudamiento similar a esos años de crisis, sin que ello exista. Si ocurriese una crisis, el país estaría bajo más estrés por tener un nivel de endeudamiento más alto que lo histórico.

Al cierre del mes pasado, el país realizó una nueva emisión en los mercados internacionales por unos US$ 2,500 millones, a tasas de interés históricamente bajas.

Esto es cierto, pero hay que analizar cuáles son las razones de ello. Lo primero es que dado el contexto económico internacional, que nada tiene que ver con el local, los bancos centrales de los países más grandes están aumentando la cantidad de liquidez en los mercados y reduciendo fuertemente tasas de interés.

A parte de lo anterior, las emisiones de bonos en la región se han reducido significativamente. Esto causa un desbalance de oferta de deuda y un exceso de liquidez de los inversionistas; ambas llevan a una reducción de las tasas de interés para nuestros bonos y un aumento de los montos posibles a colocar.

Dado que estamos en un tiempo político, hay quienes opinan que no conviene hablar de reforma fiscal ni de más impuestos. Es cierto que una posible reforma fiscal conlleve un aumento de impuestos, pero es muy siniestro decir esto sin mencionar la otra cara de la moneda, la calidad del gasto público, que es la real razón del déficit. Ahora más que nunca es de lo que debemos estar hablando.

El endeudamiento corresponde a un nivel de gasto y no al revés. Si fuese así, sería el mal más grande que le pudiera pasar al país, gastar solo porque alguien te presta el dinero.



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