El uso de la cirugía robótica en tratamientos ha mejorado.
Santo Domingo.-El cáncer de próstata, una de las principales causas de mortalidad entre los hombres, ha visto un aumento significativo en la esperanza de vida de los pacientes gracias a los avances en la detección temprana y en los tratamientos médicos.
Cada 11 de junio se conmemora el Día Mundial del Cáncer de Próstata, con el objetivo de concienciar a la población sobre la importancia de la prevención y detección temprana.
En la República Dominicana, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2022 el cáncer de próstata representó el 24.4 % de los casos de cáncer diagnosticados, convirtiéndose en el tipo de cáncer más común entre los hombres del país.
El doctor David Samadi, director del Samadi-Homs-Robotic Institute en el Hospital Metropolitano de Santiago (HOMS), destaca en su libro “Hablemos de hombres” que el pronóstico de los hombres con cáncer de próstata es más esperanzador que nunca.
“La detección temprana, los tratamientos mejorados y los medicamentos innovadores han incrementado la supervivencia de los pacientes al 98 %”, afirma Samadi.
El cáncer de próstata, al igual que otros tipos de cáncer, se caracteriza por una proliferación descontrolada de células malignas, avanza lentamente y a menudo no presenta síntomas en sus primeras etapas.
“Esto hace que las consultas preventivas sean esenciales para los hombres”.
Samadi insiste en la importancia de que los hombres visiten a un urólogo si presentan síntomas como molestias al orinar, sangrado al orinar o al eyacular, y recomienda realizar chequeos preventivos a partir de los 40 años, evitar una dieta alta en grasas, obesidad, tabaquismo y un estilo de vida sedentario.
Asegura: “Es vital que los hombres con diagnóstico positivo o en riesgo se realicen seguimientos médicos y adopten hábitos más saludables”.
Factores
— Aumento del riesgo
Aunque el cáncer de próstata generalmente no presenta síntomas iniciales, hay varios factores que aumentan el riesgo de desarrollarlo. Estos incluyen la edad avanzada, especialmente después de los 50 años, ser afroamericano, tener antecedentes familiares de cáncer.
