Desde la Cámara de Cuentas
Ya tenemos una Cámara de Cuentas y ahora hay que cruzar los dedos para que esta vez marche sin las confrontaciones internas que tanto han perjudicado a un órgano que tiene su partida de nacimiento nada menos que en el 22 de mayo de 1855, cuando fue aprobada la Ley 388, a pesar de que sería tres años después cuando entraría en vigor.
Quizá es el sentido de cuerpo y liderazgo lo que ha faltado en esta institución, a la cual la Constitución de la República le atribuye la condición de “órgano superior externo de control fiscal de los recursos públicos, de los procesos administrativos y del patrimonio del Estado”.
La suerte ha sido echada una vez más y tal vez todos debemos desearle suerte a la presidente Emma Polanco, exrectora de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, posición en la que posiblemente aprendió a tratar con los recursos públicos desde una perspectiva diferente a la que ahora deberá aplicar.
Curiosidad
Es causa de interés el porqué es tímida en esta ocasión la participación de aspirantes a la candidatura presidencial del Partido de la Liberación Dominicana, cuando hace apenas cinco años todos se consideraban presidenciables y hacían cuanto podían para hacerse notar, como ahora en el Partido Revolucionario Moderno, en el que de donde menos se le espera sale uno que se considera con las condiciones para ir por la candidatura.
Y si es verdad que esto pasa con todos cuando están en el poder, ¿será que desde un puesto público es más fácil la promoción que desde la olla?
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