Democracia encarecida

Democracia encarecida

Democracia encarecida

Lograr la emisión de un voto y luego contarlo, en República Dominicana tiene el costo más alto de toda la región y probablemente del hemisferio occidental completo.

En Estados Unidos se estima que cada voto emitido le sale a la población por 11.67 dólares, en Panamá por 20.7 centavos de dólares y en México se espantan porque llega a 25 dólares.

Sin embargo, en República Dominicana más que duplica el caso más alto de América, México, pues en este país tropical cada voto programado cuesta 58 dólares y si nos vamos a votos emitidos, esa cifra se elevaría a casi 70 dólares por voto.

Eso solo contando el gasto en la organización de las elecciones, partiendo de lo asignado este año y lo propuesto para 2020, y el financiamiento de la campaña en el año electoral.

No se explica que, sin ser los más ricos de la región, sin ser los socialmente más convulsos, sin ser la democracia más inestable, se hayamos encarecido hasta lo absurdo los procesos electorales y de campaña.

Nuestro sistema electoral ha sido “complejizado” al máximo por la sinrazón de cúpulas partidarias, eso al margen de la sangría que le representa al fisco la financiación de unos partidos que no terminan de mostrar transparencia en el manejo de los fondos que reciben.

Aun fuéramos un Estado rico, sería una afrenta los niveles del gastos de nuestros sistemas electoral y de partidos. En el caso dominicano pasa a ser una tragedia, pues ese absurdo se financia con fondos que hacen falta para atender necesidades básicas de la población.

Esa es una vuelta más que se le da a la tuerca. Tenemos que detenernos a meditar para no “correr la rosca”.



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