Demasiados aspirantes

Demasiados aspirantes

Demasiados aspirantes

Una de las más ingratas tareas presidenciales es lidiar con la jauría de aspirantes a puestos gubernamentales. No es sólo aquí, como dicen muchos que creen que somos el ombligo del universo.

Por ejemplo, en 1865 Lincoln comentaba a un pintor mientras hacía su retrato: “Cancelar a un hombre es muy fácil, pero cuando voy a sustituirle encuentro que hay veinte aspirantes al puesto, y de esos me quedo con 19 enemigos…”. A un congresista, al referirse a lo mismo, Lincoln le comentó que se sentía como una puerca parida con más lechales que tetas…

Eso era allá a mediados del siglo XIX, pero aún hoy la política –dominicana y de otros lares— sigue dominada por el predominio de facciones cuyo afán principal luce ser sacar su mordida del presupuesto nacional.

He visto analfabetas funcionales incapaces de entender un estado financiero creerse capaces de altas responsabilidades.

Ojalá que si remenea la mata, como piden algunos, el presidente Medina siga aplicando su finísimo criterio … Servir debe ser un privilegio, no premio.



José Báez Guerrero

Abogado, periodista y escritor dominicano.

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