Del exilio al poder: Pasó 23 años en el extranjero

Del exilio al poder: Pasó 23 años en el extranjero

Del exilio al poder: Pasó 23 años en el extranjero

Bosch con doña Carmen en un acto público. fotos cortesía Del Archivo General de la Nación

Santo Domingo.-El 20 de octubre aparenta una fecha irrelevante para la República Dominicana. Ese día y mes, del año 1961, se produjo el fin del largo exilio de Juan Bosch, tras la muerte del dictador Rafael Leónidas Trujillo.

Su llegada, hace 59 años, contribuyó a marcar el curso de la historia nacional de los próximos 50 años.

Con 52 años edad, y un gran prestigio internacional, producto de su desempeño como connotado escritor y, por haberse codeado con la intelectualidad y líderes democráticos de la región, Bosch pisaba su tierra luego de 23 años.

Demostración de rechazo a la intervención de EE. UU.

En el exilio se convirtió en uno de los principales opositores del tirano Rafael Leónidas Trujillo (régimen 1930-1961), y junto a otros desterrados fundó en La Habana, en el 1939, el Partido Revolucionario Dominicano (PRD).

Postulado por el PRD, en las elecciones del 20 de diciembre de 1962, las ganó abrumadoramente, y tomó posesión el 27 de febrero de 1963, es decir un año y tres meses después meses de regresar al país. Se convirtió en el primer presidente electo post dictadura.

Su estilo llano y directo conectó con la población rural y urbana, afianzado en el título de Profesor.

Su gobierno, con ideas de libertad y acciones de beneficio para el pueblo, propugnando por una gestión honesta, e incluso, promulgando la Constitución considerada más progresista del país, fue derrocado por un golpe de Estado el 25 de septiembre de 1963, a unos siete meses de haber asumido.

Bosch, arrestado, fue deportado a Puerto Rico. Su derrocamiento degeneró en la revuelta popular del 24 de abril de 1965, conocida como la Guerra de Abril, que enfrentó a civiles y militares, en favor y en contra de la vuelta del gobierno de Bosch.

Cuatro días después, el 28 de abril, Estados Unidos dispuso la intervención militar del país, agudizándose los enfrentamientos, y teniendo al coronel Francisco Alberto Caamaño como líder del lado del pueblo.

Luego de años de inestabilidad, desde 1963, con Triunvirato y Consejos de Estado, Joaquín Balaguer, quien estuvo fuera del país, gana las elecciones a Bosch el 1 de junio de 1966.

Balaguer y Bosch
Al retorno de Bosch, era “presidente” Joaquín Balaguer, intelectual al servicio de Trujillo durante las tres décadas de la dictadura, en puestos, también, ministeriales, diplomáticos y vicepresidencia.

Presidente Bosch con militares, con los que tuvo una relación complicada.

Por presiones internacionales, el hermano del dictador, Héctor Bienvenido Trujillo, quien había sido reelecto en la Presidencia en 1957, con Balaguer como vicepresidente, fue obligado a renunciar tres años más tarde. Balaguer quedó como supuesto presidente.

En el país aún, el hijo del tirano, general Rafael Trujillo Martínez (Ramfis), tenía control de la estructura militar. Se marchó del país tras cometer la matanza contra los supervivientes del complot a su padre en Hacienda María, el 19 de noviembre.

Como avanzada habían llegado al país el 5 de julio de 1961, delegados por el PRD, los también fundadores de esa organización, Ángel Miolán, Ramón Castillo y Nicolás Silfa. El PRD llegó al país con el lema “Libertad y Justicia Social”.

Bosch llegó en avión de Panamerican por el Aeropuerto de Punta Caucedo, alrededor de las 4:00 de la tarde. Bosch, recibido por numerosos simpatizantes, se dirigió a la sede del PRD, ubicado entonces en la calle El Conde 10.

Desde allí pronunció un discurso.
A finales de 1961 se conformó un Consejo de Estado como gobierno, dirigido por Balaguer, y por presiones diversas fue obligado a renunciar, y a salir del país en enero de 1962. Fue sustituido por Rafael Bonelly, quien encabezó el proceso de organización electoral.

Matar el miedo
“Pongo pie en mi tierra en circunstancias difíciles para los dominicanos. Encuentro al llegar, y lo sabía por noticias que tenía en mi ruta, un estado de agitación que no parece sino provenir como la fruta terrible de una situación prolongada, del miedo que ha estado padeciendo nuestro país, nuestro pueblo, y del odio que se ha sembrado en su corazón”, expresó Bosch.

Dijo que sobre tantas tumbas desconocidas, sobre tantos cuerpos torturados y sobre tantos sufrimientos callados, en los bohíos, en las casas y en los edificios; sobre tanto exilio atormentado, sobre tanto insulto permanente ¿qué podía esperarse, sino que el pueblo reaccionara como lo está haciendo ahora?

“Estamos a tiempo todavía”, sostuvo, “y lo digo para el pueblo dominicano, y lo digo para los gobernantes dominicanos, de emprender una cruzada de corazón limpio y brazo fuerte para matar el miedo en este país, para que termine el miedo en este país, para que termine el miedo del pueblo al Gobierno y a los soldados, para que termine el miedo de los soldados y del Gobierno al pueblo, para que termine el miedo de los opresores a la libertad, y para que termine el miedo de los luchadores de la libertad a sus opresores”, expuso.

Narró que durante mucho tiempo ser dominicano fuera de Santo Domingo era casi infamante y tenían que mantener en el exilio la frente en alto cuando les miraban despreciativamente o con la piedad con que mira al que sufre sin haber cometido un delito.

*Por Fernando Quiroz



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