
San Pedro de Macorís.- La producción de azúcar es un proceso complejo que inicia mucho antes de que la caña llegue al ingenio. Desde la preparación de la tierra hasta la automatización de las calderas, la cadena productiva representa una combinación de fuerza bruta, tecnología y experiencia acumulada.
Así lo explicó el ingeniero Luis Cataño, director de operaciones azucares del Consejo Estatal del Azúcar (CEA), durante un recorrido técnico por el Ingenio Porvenir, uno de los principales motores azucareros del país.
De la masa cañera al jugo
Detalló que todo comienza cuando la caña llega al ingenio y entra a un sistema de molienda compuesto por un tándem de cuatro molinos, donde se somete a un proceso de extracción intensiva.
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“Por donde entra la caña se le llama masa cañera, y por donde sale ya sin jugo, es la masa bagacera”, explicó Cataño.
Sostuvo que cada molino está equipado con una masa de acero de entre 19 y 22 toneladas, sometida a una presión hidráulica extrema para extraer hasta la última gota de jugo.
Subrayó que el primer molino obtiene lo que se llama “jugo absoluto”, un líquido puro. A medida que la caña pasa por los siguientes molinos, se le va añadiendo agua para realizar una segunda y tercera extracción del jugo restante.
Asimismo, dijo que el residuo que queda tras la extracción se llama bagazo, y lejos de ser un desecho, es una parte fundamental del proceso.
Cataño destacó que este bagazo se utiliza como combustible en las calderas, generando el vapor necesario para mover las turbinas que, a su vez, hacen funcionar los molinos.
“El vapor generado por el bagazo mueve las turbinas de vapor. Es un proceso circular. Extraemos el jugo, usamos el residuo para generar energía, y esa energía vuelve al sistema”, detalló el ingeniero.
Este enfoque permite que el ingenio funcione de forma casi autosuficiente, reduciendo costos energéticos y aumentando la eficiencia.
Asimismo, dijo que una vez, las calderas son cruciales porque generan vapor, ya que permite el funcionamiento de las turbinas que mueven los molinos.
Este vapor es el que, finalmente, posibilita el proceso de extracción del azúcar del jugo de caña, desde la cristalización hasta la centrifugación del producto final.
Tecnología, mantenimiento y soldaduras especiales
Para mantener su operatividad, reveló que estas deben ser reparadas con soldaduras especiales de hierro fundido importadas, ya que no se producen localmente.
“Cada cinco zafras, una masa deja de ser útil. Aunque se repare, ya no da la medida para una extracción efectiva”, explicó Cataño.
Por esta razón, el ingenio ha tenido que invertir en nuevos juegos de masas importadas desde la India y los Estados Unidos, con un costo de alrededor de 260 mil dólares cada una.
Capacidad de producción
Actualmente, enfatizó que el Ingenio Porvenir tiene una capacidad instalada para moler 3,000 toneladas de caña por día, pero debido a las mejoras recientes, se encuentra procesando 2,500 toneladas cada 24 horas, lo que equivale a unas 200 toneladas por hora.
Luis Cataño explicó que uno de los proyectos en carpeta es aumentar la capacidad a 5,000 toneladas diarias, de las cuales 2,000 serían destinadas a la producción de bioetanol (alcohol carburante de caña) y 3,000 a la producción de azúcar, en línea con la estrategia nacional de diversificación energética.
En cuanto a tecnología, comunicó que uno de los pasos más importantes hacia la modernización ha sido la incorporación de tecnología de automatización en el área de calderas.
“Un sistema de sensores conectados a un PLC (controlador lógico programable) permite monitorear y operar las calderas desde un cuarto de control equipado con múltiples monitores. Esto no solo mejora la eficiencia, sino que también incrementa la seguridad del proceso”, agregó.