El Gobierno reafirma compromiso de seguir implementando políticas públicas para empoderar a las mujeres de las zonas rurales.
Santo Domingo.- Al conmemorarse este domingo el Día Internacional de las Mujeres Rurales, el presidente Danilo Medina sostuvo un encuentro con las mujeres campesinas para brindar más apoyo financiero y técnico para el desarrollo de sus comunidades.
El Gobierno democratiza las oportunidades a las mujeres que trabajan de sol a sol en las zonas rurales de República Dominicana.
Así queda evidenciado con las 41 Visitas Sorpresa que, hasta la fecha, Danilo Medina ha realizado para apoyar proyectos liderados por mujeres.
A partir de estos encuentros, han surgido 71 iniciativas lideradas por campesinas que, con esfuerzo y dedicación, labran la tierra y contribuyen a la soberanía alimentaria con la que hoy goza el país.
De los 71 proyectos, 50 han sido terminados y 21 están en ejecución.
Se ha beneficiado a 12,952 mujeres dedicadas a la producción de frutas, avícola, cunícola, ovino/caprina, piscícola, textil, vacuna y vinícola. Las artesanas de guano así como las productoras de dulces y mermeladas también han elevado su calidad de vida.
Las Visitas Sorpresa han permitido al Gobierno responder las necesidades de las mujeres de todas las zonas rurales del país.
En el Este, se han asumido y cumplido 22 compromisos asumidos con mujeres de esta región. Unos 7 corresponden a El Seibo, igual número a Hato Mayor, uno a Monte Plata, 6 a San Pedro de Macorís y uno en La Altagracia.
Mientras que en la región Norte, se ha honrado la palabra con el cumplimiento de 25 compromisos.
De estos, 2 han beneficiado a las mujeres de Dajabón, uno a las de Duarte, 2 a las de Espaillat, igual número a las de Hermanas Mirabal y uno a las de Monseñor Nouel, 9 a las de Puerto Plata, 3 a las de Samaná, 3 a las de Santiago y 2 a las de Santiago Rodríguez.
En tanto, en el Sur han sido respaldados 33 proyectos. De ese total, 9 son impulsados por mujeres de Barahona; 3 son de Independencia; 5 de San Cristóbal, 12 de San Juan, uno de Bahoruco, uno de Elías Piña, uno de Azua y uno de San José de Ocoa.
El 15 de Octubre quedó establecido como Día Internacional de las Mujeres Rurales por la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Con la celebración, se reconoce la función y contribución decisivas de la mujer rural, incluida la mujer indígena, en la promoción del desarrollo agrícola y rural, la mejora de la seguridad alimentaria y la erradicación de la pobreza rural.
Invaluables aportes de las mujeres rurales
Las mujeres rurales representan más de un tercio de la población mundial y el 43 por ciento de la mano de obra agrícola. Labran la tierra y plantan las semillas que alimentan naciones enteras.
Garantizan la seguridad alimentaria de sus comunidades y ayudan a preparar a esas localidades frente al cambio climático.
Sin embargo, como señala ONU Mujeres, mundialmente, con pocas excepciones, las campesinas sufren de manera desproporcionada la pobreza.
Pese a ser tan productivas y buenas gestoras como sus homólogos masculinos, no disponen del mismo acceso a la tierra, créditos, materiales agrícolas, mercados o cadenas de productos cultivados de alto valor.
Tampoco disfrutan de un acceso equitativo a servicios públicos, como la educación y la asistencia sanitaria, ni a infraestructuras, como el agua y saneamiento.
El Gobierno dominicano reafirma su compromiso de seguir implementando políticas públicas para empoderar a las mujeres de las zonas rurales. El objetivo es seguir rompiendo las barreras que limitan el poder de las campesinas en sus comunidades y hogares.
De igual manera, lograr que su labor sea tan visible y remunerada como la de los hombres de las zonas rurales y las mujeres urbanas.
El empoderamiento de las mujeres en la agricultura resiliente al cambio climático también es prioridad para el Gobierno de Danilo Medina.
Las mujeres tienen un gran potencial para abordar los problemas climáticos y para responder a los desastres naturales. Tienden a tomar decisiones sobre el uso de los recursos y las inversiones dando prioridad al interés y el bienestar de sus hijos, familias y comunidades.
Como actores económicos y políticos, pueden influir para que las instituciones presten más servicios públicos, como el agua, el saneamiento y la energía. Asimismo, para que mejoren la infraestructura social.
