Cuestión de percepción, según Fadul

Cuestión de percepción, según Fadul

Cuestión de percepción, según Fadul

Dunia De Windt

Aún continúa siendo tema de conversación y bromas en redes sociales y demás medios de comunicación la inoportuna declaración del ministro de Interior y Polícia, Monchy Fadul, que a su juicio, todas las quejas ciudadanas con relación a la criminalidad y delincuencia en las calles del país son pura “percepción”, que todo es irreal.

Hay días (casi siempre) en que uno como ciudadano tiene que pellizcarse dos veces cuando lee o escucha tantas incongruencias en ciertos ministros que al parecer residen en Saturno y no se dan cuenta que el ciudadano de a pie vive en constante zozobra por temor a un atraco, robos y asesinatos por cualquier artilugio material. Basta con leer los periódicos, ver los noticieros, programas informativos y ese boca a boca tan común en las redes sociales donde no hay un día en que alguien no narre un hecho lamentable.

Fadul, cree que con su “percepción” de que esto es un paraíso y aquí no sucede nada, la delincuencia es una fantasía inequívoca y paranoica de todos nosotros.

Al parecer, para el ministro Fadul los atracos, las balas perdidas, robos a cualquiera hora, muertes por celulares, carteras y demás, está solamente en el imaginario colectivo de este país. Los atracos en plenos semáforos también deben ser pura fantasía.

En ese sentido, al Ministro de Interior y Policía le haría bien apoyar y promover para que sea ejecutada la “reforma policial” que a gritos pide la población, sanear y adecentar las autoridades que están bajo su dominio, en un proyecto que aún duerme en el Congreso.

Fadul debería también hacer un poco de trabajo de campo, salir a la calle, hablar con los ciudadanos, escuchar las múltiples denuncias diarias de robos y asaltos, que haga un contacto directo con el pueblo para que entienda que esa “percepción” de que nada ocurre y todo sucede, solo la tiene él.

En definitiva, todos tenemos la dichosa “percepción” de que este país necesita un cambio profundo en sus autoridades, de que la violencia cada día nos pisa los talones y agrede de una manera muchas veces mortal. En Santo Domingo se hace complicado el mero hecho de salir a caminar a según qué horas. Urge que nos olvidemos de tantas “percepciones” y el Ministerio de Interior se aboque a peligrosas realidades cotidianas.



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