Los jefes de las mayores empresas tecnológicas comparecieron el pasado miércoles ante el Congreso de Estados Unidos, pues durante cinco horas y media se enfrentaron a las preguntas de los legisladores sobre sus prácticas de recopilación de datos, errores de desinformación y esfuerzos para pisotear a los competidores.
Mark Zuckerberg, de Facebook; Jeff Bezos, de Amazon; Tim Cook, de Apple; y Sundar Pichai, de Google, fueron bombardeados con un montón preguntas que llegaban rápido y, a veces, furiosas, por parte de los congresistas, muchas en tono de reproche por las supuestos delitos cometidos por estas empresas.
Por el momento, los cuatro grandes pueden respirar aliviados de que su tiempo en el banquillo de los acusados terminó por ahora. Aunque la audiencia, realizada por el subcomité antimonopolio del Poder Judicial de la Cámara, ha terminado, el trabajo real del gobierno -regulaciones y potenciales leyes- cobra protagonismo.
Las reformas regulatorias y legislativas son difíciles porque no hay una solución rápida para todo. Las cuatro compañías tienen un éxito enorme, pero los problemas de competencia que crean son muy diferentes, así que este tema dará mucha agua que beber en los próximos meses.
