«No podemos mudar una familia pobre a la casa de otra familia pobre. Y eso es lo que los países no entienden, países que no aceptan a los haitianos».
La frase la escribió Melida Minaya, una usuaria en el Facebook de BBC Mundo en respuesta al artículo ¿Qué pierde República Dominicana si expulsa a los haitianos?.
El artículo, en el que planteábamos cómo le impactaría a la economía dominicana la posible deportación de al menos 180.000 inmigrantes haitianos indocumentados por el plan de regularización de extranjeros en marcha en el país, fue replicado por numerosos usuarios en República Dominicana que sugerían tomar en cuenta lo que su país invierte en los extranjeros.
«Creo que la pregunta de BBC está mal elaborada, porque debería ser: ¿cuánto le cuesta a República Dominicana tener a los haitianos en su territorio?«, se preguntaba otro usuario en Facebook, Luis Gómez, en un argumento frecuentemente esgrimido por las autoridades y parte de la población dominicana para justificar sus políticas migratorias.
BBC Mundo quiso explorar ese aspecto y preguntó a diferentes departamentos del gobierno dominicano y a analistas cuánto invierte el país en los inmigrantes haitianos mayoría en el país -al menos 458.000, según los datos oficiales- y que están ahora en el centro del conflicto por las deportaciones.
Pese a que el gobierno dominicano no ha puesto en marcha las deportaciones forzadas, las salidas voluntarias de inmigrantes que no tienen los papeles en regla y regresan a su país ya están creando una situación de «crisis humanitaria» en Haití, según dijo el primer ministro haitiano Evans Paul.
El «gran dilema»
Pero conseguir datos globales del costo de la atención a los inmigrantes no es fácil por la falta de información al respecto.
Según coinciden los expertos, las mayores inversiones en la comunidad inmigrante están en las partidas de salud y educación.
Los datos suministrados por el Ministerio de Salud dominicano a BBC Mundo indican que ese departamento invirtió en 2014 el equivalente a US$57,6 millones en servicios sanitarios a inmigrantes haitianos.
Eso representa un 13,4% del total de US$428 millones destinados en general por el gobierno a la atención sanitaria de las personas en dicho periodo.
Pero, según la Encuesta Nacional de Inmigrantes (ENI) realizada por la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE), en 2012 el 91,8% de los inmigrantes haitianos no contaba con un seguro de salud, por lo que, como ocurre con los inmigrantes en otros países, estos sólo acuden al médico en caso de emergencia.
Por ejemplo, cuando las mujeres tienen que dar a luz.
«Los niños nacen y las madres no pagan por ese servicio. Esa es una gran inversión dominicana en esos niños y en esos padres», le dice a BBC Mundo el profesor Eduardo Gamarra, de la Universidad Internacional de la Florida.
Al igual que sucede en EE.UU. con las madres chinas o mexicanas, explica Gamarra, parte de la población acusa a las «madres haitianas de cruzar la frontera para poder tener a sus hijos en República Dominicana».
Sin embargo, apunta el economista dominicano Miguel Ceara Hatton, ahí está el«gran dilema» ya que, en sus estadísticas el gobierno no diferencia a los inmigrantes por su estatus legal, solo por nacionalidad.
«Habría diferenciar entre el migrante que reside en República Dominicana y trabaja aquí y la persona que viene, por ejemplo, a buscar un tratamiento médico. Porque si una persona reside en República Dominicana y está trabajando aquí, lo lógico es que si tiene la necesidad de un médico vaya aquí; no se va a ir a Hatí», apunta en declaraciones a BBC Mundo.
«No hay que demonizar a los dominicanos»
Ese gran dilema del que habla Ceara Hatton está también en la inversión en educación, aunque en ese caso el monto no es tan claro.
BBC Mundo no obtuvo respuesta a las solicitudes a varios departamentos del gobierno dominicano sobre los gastos en la educación de los niños y adolescentes haitianos.
El profesor e investigador de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) en República Dominicana Matías Bosch hace una estimación de un gasto de unos US$60 millones en estudiantes preuniversitarios.
«Se puede estimar que el gasto en 2014 por estudiante preuniversitario en República Dominicana rondó los US$1200», le dice a BBC Mundo Bosch al apuntar que, según la ENI sólo un 37% de los niños haitianos que están en el país asiste a la escuela «y, según el propio ministerio de Educación, no superan los 50.000 en el sistema educativo nacional».
«Si es así, apenas representan US$60 millones de los US$2200 millones de presupuesto educativo preuniversitario de 2015», apunta.
Pero, como señala el profesor Gamarra, esa es una cifra que molesta a algunos dominicanos que se preguntan: «¿Por qué voy a pagar yo la educación de niños haitianos cuando para los míos no hay inversión adecuada?»
El experto que ha asesorado a varios gobiernos dominicanos propone no «demonizar a los dominicanos o a los haitianos» en la cuestión migratoria «porque es un debate contemporáneo que se está dando en todo el mundo».
¿Y el resto de los países?
En ese sentido, muchos dominicanos lamentan la propuesta que ha surgido en las últimas semanas de hacer un boicot al turismo en República Dominicana, así como lo que consideran una opinión pública internacional contraria que presenta a un país racista y poco solidario y cuya soberanía para implementar políticas migratorias mp se respeta.
Además, muchas voces en el país piden a otros gobiernos internacionales asumir su responsabilidad para ayudar a resolver los problemas en el país de origen de los inmigrantes, Haití, la nación más pobre de América Latina, y cuya situación económica empeoró en 2010 tras el terremoto.
En ese sentido, Matías Bosch de FLACSO lamenta la «gran hipocresía» de gobiernos como los de Estados Unidos, Francia y Canadá que le dieron la espalda a Haití y cuya cooperación con ese país quedó «en la retórica». «El fondo de ayuda comprometido nunca llegó», afirma.
«Mientras Haití pidió a las potencias mundiales aportar a un fondo de US$15 mil millones para su reconstrucción y refundación, de los cuales apenas ha llegado unos US$2 mil millones, República Dominicana se movilizó completamente en auxilio del pueblo haitiano, sin usar fuerza ni militares, en hechos urgentes y necesarios».
Sin embargo, Bosch descarta que esa realidad sirva «como excusa para desviar la discusión» sobre las políticas migratorias implementadas en República Dominicana desde 2004 y sobre el plan de deportaciones.