¿Cuál es la educación que necesitamos?
Hace un tiempo mi hijo Guillermo Emilio me mostró una interesantísima charla de Sir Ken Robinson, en TED (Tecnología, Entretenimiento, Diseño), acerca de lo que el eminente conferencista inglés residente en los Estados Unidos considera principios básicos de la educación, aquellas ideas que, a su juicio, deben orientar las escuelas de estos tiempos, pues sólo a partir de éstas la educación servirá a los fines de promover la prosperidad y el desarrollo de las personas.
También visualizado en su libro “El Elemento”.
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“El hecho de que mi hijo me haya enseñado algo que no conocía, hace referencia de que los hijos, en esta sociedad del conocimiento, también les enseñan a los padres”.
Un sistema escolar que reconozca y fomente la diversidad exige flexibilidad y capacidad de adaptación mucho más allá del establecimiento de estándares rígidos que igualen a todos los alumnos y que sea inclusivo e incluyente.
Los estándares escolares son necesarios, pero no deben convertirse en una camisa de fuerza que convierta el proceso educativo en una producción en serie de autómatas de características uniformes.
El fomento de la curiosidad supone cambiar nuestro paradigma educativo basado en la concepción jerárquica del conocimiento hacia un enfoque en el que el descubrimiento, la exploración y la construcción del conocimiento ocupen un lugar central, lo que es consistente con el predominio de la sociedad de la información, en la que la jerarquía de la autoridad en materia de conocimiento ha sido demolida por la multiplicidad y simultaneidad de fuentes y la rápida evolución de las certezas hacia situaciones de incertidumbre relativa y acelerada acomodación acerca de lo actual y lo que creemos que sabemos.
Pero lograr estas dos características depende de que el proceso educativo, lo que realmente ocurre en las aulas, tenga como protagonista a quienes ejercen la docencia.
El alcance, riqueza y plenitud del proceso educativo va a depender antes que de los programas, currículos, normas, estándares y mediciones, de la calidad y capacidades de los docentes y de cómo éstos sean protagonistas auténticos del proceso educativo, que descubran, generen y potencien la curiosidad e interés de los estudiantes.
Ahora que estamos comenzando a discutir los principios y orientaciones del pacto educativo previsto por la Estrategia Nacional de Desarrollo, bien podríamos comenzar por ponernos de acuerdo acerca de las características que debería tener nuestro sistema educativo.
Coincido plenamente con Sir Ken Robinson en que la educación dominicana de los próximos 20 años tiene que acoger los principios de fomento de la diversidad (flexibilidad), de promoción sistemática de la curiosidad y la exploración y de autonomía del proceso educativo basada en la calidad de nuestros docentes.
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Henry Molina
Henry Molina, Santo Domingo, República Dominicana, 24 de agosto de 1967, es licenciado en derecho de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, y Máster en Derecho Constitucional de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Fue Director de la Escuela Nacional de la Judicatura, institución ...
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